Los hogares que más tiran de créditos, en riesgo

El Banco de España advierte que existen «riesgos futuros» tanto para los titulares de esos créditos como para los bancos que les han financiado

25 septiembre 2018 13:52 | Actualizado a 25 septiembre 2018 14:11
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La dinámica en la que han entrado parte de los consumidores al recurrir de forma continua a las tarjetas bancarias, los créditos al consumo y los préstamos para financiar cualquier tipo de compra, desde un teléfono hasta un vehículo, supone una espiral peligrosa que puede afectarles si cambian las condiciones económicas, como  parece que va a ocurrir a medio plazo. Esa es la última advertencia que ha lanzado el Banco de España al indicar que existen «riesgos futuros» tanto para los titulares de esos créditos como para los bancos que les han financiado.

No es la primera vez que el supervisor se hace eco de estos avisos; la Comisión Europea y el BCE ya alertaban en verano de la necesidad de establecer «una vigilancia estrecha» por la expansión de estos créditos.

Pero sí es la primera alarma que enciende el supervisor ante la «vulnerabilidad» que están asumiendo los «agentes» implicados -entidades y sus clientes- «frente a las perturbaciones adversas». No las menciona expresamente, pero del análisis del Banco de España se derivan algunos de los peligros que afectarán al conjunto de la economía, más allá de la  moderación de la actividad económica.

La subida de tipos de interés, que entraría en vigor a partir del próximo año, es el principal riesgo asociado a tener un patrimonio demasiado endeudado a base de todo tipo de líneas de financiación al consumo, adquiridas durante los últimos años de recuperación. Porque hasta ahora, el crecimiento del sector se ha producido gracias a «un entorno de márgenes y tipos bajos», una circunstancia que puede cambiar.

A estas circunstancias se une también el hecho de que se ha registrado «una moderación» en la tasa de ahorro de las familias. Es decir, se guarda menos dinero para afrontar imprevistos de cara al futuro y se gasta más en el día a día, y se hace a costa de endeudarse, como ocurría en los años del ‘boom’ inmobiliario, aunque los registros aún se encuentran muy lejanos a los máximos de aquellos años de crecimiento.    

Lo peor es que muchos hogares lo están haciendo sigilosamente, casi sin darse cuenta de que cualquier cambio en las condiciones del sistema financiero impactaría directamente en sus bolsillos. Por eso, el Banco de España advierte de que «la ausencia de garantías en este tipo de préstamos eleva el riesgo» al que se enfrentan tanto las familias como, sobre todo, las entidades. Los bancos podrían encontrarse ante una nueva etapa de impagos por este tipo de créditos domésticos si las condiciones económicas cambian a peor en los próximos meses.  

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