Membranas azules para atrapar el CO2

Orchestra Scientific, la primera empresa ‘spin-off’ del ICIQ, busca comercializar su nueva tecnología de separación de gases

11 diciembre 2017 10:06 | Actualizado a 12 diciembre 2017 13:46
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Contribuyen más al calentamiento global las ventosidades de una vaca que los gases del tubo de escape de un coche. La otra forma de explicarlo, más precisa pero menos impactante, es que el efecto invernadero del gas metano es 21 veces superior al del CO2, y que el primero es el que se encuentra en gran medida en el biogás que se produce con la fermentación de biomasa y compost.

Además del gas metano, el otro componente principal del biogás es el CO2. La forma más evidente de evitar la emisión de metano (pero no de CO2) es quemar ese biogás. Algunos utilizan el calor de la combustión para generar energía. Pero, en general, su valorización está muy por debajo de las posibilidades que ofrece. Bien separados, el metano (que no es más que el ‘gas natural’ que todos conocemos y que utilizamos en muchas de nuestras viviendas) y el CO2 (con aplicaciones que van desde la industria siderúrgica a la alimentaria), pueden ser gases muy valiosos.

Para separarlos y valorizarlos hace falta tecnología, y en el Institut Català d’Investigació Química (ICIQ), en Tarragona, han dado con un material capaz de separar el CO2 de otros gases (por ejemplo, del metano) y que ahora quieren empezar a comercializar con la primera empresa spin-off surgida de este centro de investigación.

Se trata de Orchestra Scientific SL, con sede social en Tarragona y constituida el pasado lunes. Al frente de ella se encuentra Cristina Sáenz de Pipaón (Logroño, 34 años), que ejerce de directora general. Comparten sociedad, en un 90%, otros cuatro socios fundadores (José Ramón Galán, Elías Daura, José Luis León y Álvaro Reyes), mientras el restante 10% de las acciones están en manos del ICIQ y de ICREA (Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats).

El compuesto, colocado en forma de membranas en el interior de un reactor, es capaz de 'atrapar' las móleculas de CO2 a su paso por él

Explica Sáenz de Pipaón que el material que han desarrollado -fruto de las investigaciones que se llevan a cabo en el grupo del ICIQ ‘Ciencia de materiales y oxidación de agua’, que lidera el valenciano José Ramón Galán- no es ni el primero ni el último que se empleará en la separación de gases, pero defiende sus ventajas competitivas respecto a los demás.

El compuesto, de un característico color azulado, está patentado y bautizado como Tamof. Colocado en forma de membranas en el interior de un reactor, es capaz de ‘atrapar’ las moléculas de CO2 a su paso por él. Sáenz de Pipaón llama a esas membranas ‘trampas’. Y actúan como tales.

En esencia, se trata de tomar un flujo continuo de la mezcla de gases en las que hay CO2 (sea biogás de un complejo ganadero o sean las emisiones de una industria química), hacerlo pasar por el reactor (una serie de tuberías en cuyo interior se fijan esas ‘trampas’ en forma de membrana, para formar un tamiz molecular) y capturar el CO2 que queda atascado en ellas porque sus moléculas atraviesan el tamiz mucho más lentamente que las de, por ejemplo, el gas metano.

Y eso, que es lo que ya están haciendo otras empresas con otros materiales, en Orchestra Scientific son capaces de hacerlo a presión atmosférica, sin necesidad (como sí sucede con el resto de materiales que hay en el mercado) de utilizar compresores, refrigeración ni electricidad suplementaria.

La electricidad supone hoy una cuarta parte del coste de operación en un proceso de separación de estas características llevado a cabo con otras membranas, asegura Sáenz de Pipaón, que añade también entre sus ventajas el ahorro de maquinaria y equipos.

Con un mercado europeo de 500 plantas en las que se refina biogás (sólo una está en España) y la perspectiva de que sean más de 10.000 en el año 2020, el reto ahora es salir a vender.

En busca de un socio para validar a escala industrial

  • Grupo de investigación  Orchestra Scientific nace del grupo de investigación en ‘Ciencia de materiales y oxidación del agua’ del ICIQ. Esta empresa está compuesta hoy por diez personas, de las cuales cinco son socias fundadoras. Cristina Sáenz de Pipaón (directora general) es la única que por el momento trabaja a tiempo completo en este proyecto. Durante el primer trimestre de 2018, se trasladará a un espacio ‘coworking,‘ aunque seguirá contando con los laboratorios del ICIQ.
  • Fase de validación  Tras invertir 150.000 euros desde el año 2016, el próximo 2018 invertirán otros 150.000 euros en validar su tecnología a escala industrial, para lo cual están en contacto con diversos posibles socios industriales que les permitan hacer pruebas en sus instalaciones.
  • Salto al mercado  Si todo transcurre según lo previsto, el año 2019 será el del salto definitivo al mercado, con el arranque de la comercialización de su tecnología. Para afrontar esta fase precisarán de unos 200.000 euros, que piensan captar entre Business Angels. 

Comentarios
Multimedia Diari