Opinión: España necesita mejorar en educación financiera

No sabemos todavía la magnitud ni la duración de la crisis económica que se nos avecina, derivada de la crisis sanitaria de la COVID-19, pero la recesión es un hecho y los indicadores de las distintas organizaciones así lo corroboran. En este escenario, creo que cabe mostrar la máxima cautela para hacer un balance y valorar cómo afrontar este periodo de incertidumbre, que afecta de lleno a los mercados y las empresas: falta de liquidez, endeudamiento, caídas de la Bolsa, etc., pero también a las economías particulares, por lo que cabe realizar un esfuerzo adicional para entender muchos de los aspectos que influyen en el día a día y que nos permiten tomar decisiones de ahorro e inversión adecuadas.

Todos conocemos el informe PISA, programa internacional para la Evaluación de Estudiantes, que suele generar un gran interés mediático. Los titulares suelen abundar en el nivel de los alumnos españoles en materias como las matemáticas, la lengua o idiomas extranjeros, pero en ocasiones pasa desapercibido el nivel de competencia financiera que es otro de los puntos que se abordan. En el informe de 2018, en el que participaron 4.100 estudiantes de 490 centros educativos en España, que se encuentran al final de su etapa escolar obligatoria, es decir, un periodo en el que están dando los primeros pasos para adentrarse a una nueva fase en la que deberán tomar decisiones académicas, profesionales y laborales.

Los resultados que arroja este informe nos ofrecen algunas claves para poder especificar la situación actual de la educación financiera en España, definiendo el término como “el desarrollo de iniciativas que permitan disponer de herramientas, conocimientos y competencias financieras a la sociedad para que puedan tomar mejores decisiones”. 

En primer lugar, el informe concluye que en España el 15% del alumnado no alcanza el nivel básico de rendimiento en competencia financiera, tal y como ocurre en los países de la OCDE. Los resultados de 2018, presentados recientemente, sitúan a Estonia como el país con mejor nota, con España 13 puntos por debajo de la media de los países de la OCDE. En España, solo el 6% de los alumnos de 15 años alcanzan el nivel más alto de conceptos financieros, frente al 10% de los países de la OCDE o el 19% de los estudiantes de Estonia. Una de las explicaciones de la nota española es el fracaso escolar, pues el índice de repetidores es un factor a tener en cuenta. El estudio pone de relieve que los jóvenes que tienen una cuenta bancaria poseen una mayor cultura financiera. La autonomía en la gestión del dinero también consolida un aspecto básico para mejorar el rendimiento. No obstante, existen dos fuentes fundamentales para los jóvenes a la hora de adquirir conocimientos sobre finanzas en nuestro país: la familia y el uso de internet.

Por otro lado, las diferencias en el rendimiento en competencia financiera entre los estudiantes socioeconómicamente favorecidos y desfavorecidos, en España, son de las mas bajas y eso es muy positivo pues habla de la equidad de nuestro sistema educativo. Lo mismo ocurre en las diferencias en función de género donde España es uno de los países mejores situados. Aunque, cabe destacar que los chicos poseen más confianza que las chicas al usar servicios financieros digitales y que estas muestran menos seguridad a la hora de gestionar temas vinculados con el dinero, interesándose en menor medida por estos asuntos.

Con este panorama, cabe insistir en la importancia del fomento y desarrollo de todo tipo de iniciativas para la mejora de la formación financiera entre diferentes segmentos de la ciudadanía, como el proyecto de EFPA España, que ya está desarrollando su sexta edición, con el objetivo de convertirse en una herramienta para que los profesionales de distintos sectores sepan manejar conceptos financieros de utilidad en su día a día y cuenten con las herramientas para tomar las mejores decisiones financieras.