Otra jornada es posible

La jornada intensiva veraniega en un buen número de empresas vuelve a dejar al descubierto la posibilidad real de llevar a cabo otros horarios

09 septiembre 2019 12:56 | Actualizado a 23 septiembre 2019 18:57
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Durante los meses de verano, muchas empresas impulsan las jornadas intensivas, sobre todo, por lo que se refiere al trabajo de oficina.  Así, se hace habitual que a partir de las tres o las cuatro de la tarde, muchos negocios bajen la persiana hasta el día siguiente. Es una práctica muy extendida en julio y agosto (cuando las temperaturas hacen subir los termómetros), pero al empezar el nuevo curso, los horarios de jornada partida vuelven a ser los que predominan. No obstante, es cada vez más habitual que nos preguntemos si estamos haciendo una buena gestión del tiempo.

La Reforma Horaria es una iniciativa ciudadana que plantea el debate público  para crear conocimiento en relación a los horarios y en torno a la necesidad de racionalizar las jornadas laborales para mejorar la conciliación personal y familiar. Es decir, propone una mejor gestión de nuestro tiempo.

El objetivo global es «recuperar las dos horas de desfase horario respecto al resto del mundo, impulsar una cultura del tiempo en las organizaciones a favor de modelos más eficientes y flexibles para atender las nuevas necesidades sociales; y consolidar el factor tiempo como una medida de libertad, equidad y bienestar. En resumen, conseguir más y mejor calidad de vida ordenando los usos del tiempo», según se extrae del documento de presentación.

Solo el 20% de las empresas españolas permiten la flexibilidad horaria, una cifra que se dispara hasta el 80% en el resto de países europeos. El objetivo es implantar medidas para permitir una evolución

La plataforma (www.reformahoraria.cat) propone, además, cuatro acciones globales: compactar la jornada laboral para salir antes del trabajo; introducir horarios laborales más flexibles de entrada y salida; adelantar las horas de las comidas, tanto del mediodía como de la cena; y sincronizar los horarios de las empresas, instituciones y actores sociales y culturales a fin de adaptarnos al ritmo circadiano.

Por ello, la Reforma Horaria no plantea realizar dichos cambios, solamente, para conseguir una mayor conciliación sino que también implica mejoras referentes al bienestar y a la salud física y mental de las personas.

Para conseguirlo, Fabián Mohedano, impulsor de la plataforma, señala que es necesaria la implicación de las administraciones públicas, de las empresas y también de la ciudadanía. De momento, ya se ha conseguido situar el debate en la agenda pública catalana y, aunque el impulso de una ley que facilitara esta transición no pudo ser factible por falta de competencias del Parlament de Catalunya, sí que se ha impulsado un pacto social en el que intervienen distintos agentes. Dicho pacto social aglutina un centenar de organizaciones provenientes de distintos sectores: educación, ocio, comercio, tejido productivo, cultura, movilidad, etc., y promueve la necesidad de impulsar políticas públicas y privadas para la reforma horaria.

Administración pública
Las administraciones públicas «tienen que ser el motor de ejemplo, ya que tienen competencias para hacerlo» y, por ello, la plataforma para la Reforma Horaria ha impulsado el Pacto del Tiempo. Un total de ciento cincuenta ciudades y pueblos de Catalunya se han adherido a la iniciativa, así como también consejos comarcales, las diputaciones, organizaciones y comercios se están poniendo las pilas para racionalizar los horarios. Para Mohedano es imprescindible la entrada de los municipios costeros porque son los que reciben más turismo, que a la vez, es el que hace horarios tan distintos.

  • Creación. La Reforma Horaria es una plataforma que se creó el año 2014 con el objetivo de poner a debate público los horarios.
  • Ley. La propuesta de reforma horaria llegó al Parlament de Catalunya y con el compromiso del gobierno catalán que, no obstante, no tiene competencias para legislar.
  • Actualidad. La plataforma ha creado un pacto social para seguir debatiendo sobre la necesidad de racionalizar los horarios y ha conseguido el apoyo de administraciones públicas y empresas privadas.
La plataforma para la Reforma Horaria se ha planteado una serie de objetivos para el año 2025 que incluyen la colaboración de entidades públicas y privadas fomentando, también, la participación ciudadana. No obstante, no todas las administraciones públicas despliegan todas las oportunidades que ofrece y se quedan a medio camino al utilizar las herramientas que se pretenden divulgar desde la plataforma. El debate con la ciudadanía se hace imprescindible, según Mohedano, para tomar consciencia. Los equipamientos municipales, las escuelas, los comercios, los locales de ocio, el sector audiovisual, etc., son ejemplos de dónde podrían implantarse mejoras horarias.

Empresas
Mohedano  explica que «el mayor impacto tiene que darse en las empresas» donde se alargan mucho los horarios laborales y las jornadas intensivas que se plantean no son saludables. En verano, muchas empresas imponen cierta flexibilización, que para Mohedano no es suficiente. De hecho, explica que las jornadas intensivas que practican muchas empresas no están bien planteadas porque las personas salen sin haber comido.

Las administraciones públicas toman conciencia por la reforma horaria. En Catalunya 150 ciudades y pueblos, cuatro consejos comarcales y las cuatro diputaciones impulsan cambios

Así, la Reforma Horaria pretende impulsar medidas como la mejora de la cultura organizativa, lo que es: ampliación de permisos oficiales por causas personales (hospitalización, defunción, etc.); días libres para una buena gestión horaria o excedencias voluntarias. También se plantea una mayora flexibilidad horaria: una adaptación de la jornada laboral tanto en la entrada como en la salida del trabajo y en la gestión de las comidas.

Finalmente, también se tiene en cuenta la compactación horaria para hacer las comidas en un tiempo aproximado de 30 minutos. De momento, algunas empresas ya han empezado a implantar la reforma horaria y se han unido mediante la plataforma www.reoformahoraria.info, a través de la que pretenden ampliar el número de empresas que se comprometan con la iniciativa.

El proceso de racionalización de los horarios es imprescindible para conseguir una mayor calidad de vida. Será un cambio lento pero que empezará a notarse en cuestión de diez o quince años

Como individuos también podemos impulsar acciones para transformar los horarios, como cambiar las horas de las comidas, modificar la hora en la que nos levantamos o nos vamos a dormir, por ejemplo.

Beneficios
¿Pero, qué beneficios se pueden obtener si se apuesta por la reforma horaria? Si los hábitos de vida son saludables, los trabajadores son más productivos, se reduce el absentismo y se retiene el talento así como aumenta la competitividad, pero aún hay más en términos de medio ambiente (ahorro de energía), salud, calidad de vida... 

Mohedano concluye que aún queda mucho trabajo por hacer y advierte que «somos el único país que ha cambiado los horarios» por lo que «es urgente restituirlos» para conseguir un mayor bienestar y una mejor salud. Y, por ello, propone fijarnos en el ejemplo de otros países europeos: en Holanda, la flexibilización horaria es del 80% mientras que en España es del 20%.

Por lo que se refiere a las comidas, no tenemos que fijarnos en los países nórdicos, pero sí volver a los hábitos mediterráneos, como en Italia, donde se come antes que aquí. El impulsor de la Reforma Horaria es optimista y aunque asegura que los cambios serán lentos y poco perceptibles, dentro de diez o quince años se habrá avanzado mucho casi sin darnos cuenta.

Comentarios
Multimedia Diari