En menos de año y medio José María Álvarez-Pallete ha logrado diseñar una cúpula de Telefónica a su medida, donde la mano de su antecesor, César Alierta, ya apenas se deja notar tras los últimos relevos en el consejo de administración -habrá más salidas en 2018- y organigrama de la compañía. Aparentemente el más sonado, conocido este martes, es el nombramiento como nuevo consejero delegado de Ángel Vilá, hasta ahora director de Estrategia y Finanzas, es decir, el rostro que más veían los grandes inversores en las presentaciones internas.
De hecho, colocar como ‘número dos’ a quien ha sido responsable, entre otras cosas, de la reducción del endeudamiento de la operadora en los últimos años -su pasivo financiero neto terminó 2016 en 48.595 millones de euros, un 1,2% menos- ha sido interpretado por los analistas como un signo de confianza para el mercado. Vilá también ha sido la persona responsable de la nueva estrategia financiera lanzada por Pallete, encaminada a la «optimización de activos y adecuada asignación de capital».
Fruto de ella fueron la venta de un 40% de su filial Telxius (infraestructuras de telecomunicaciones) en febrero por 1.275 millones, y la paralización temporal de la venta de su filial británica O2 para que genere mayor valor. Pasa igual con la reducción casi a la mitad de su dividendo anual de 0,75 a 0,40 euros (un 53% menos en 2016 y otro 73% para 2017), «un ejercicio de realismo» para ahorrarse «entre 1.800 y 1.900 millones» que destinara, sobre todo, a aligerar deuda.
El puesto de Vilá -sucede a Julio Linares, que asesorará a varias filiales- lo ocupará Laura Abasolo, quien reportará directamente al presidente. Esa es una característica común en los nuevos nombramientos de varios altos cargos en Telefónica, pues Álvarez-Pallete quiere tener todo bajo control. Así ocurrirá con todos los directores generales, el responsable de ‘Data’ (área prioritaria por el desarrollo de internet) y la secretaria general del consejo, donde serán aprobados este miércoles.
Entre las salidas, por el contrario, resalta Luis Blasco, presidente del área de Video y antes de Movistar. Se trata de un directivo histórico de la compañía, amén de amigo personal de Alierta, que fue condenado a finales de febrero por las llamadas tarjetas ‘black’ a un año de cárcel aunque ha recurrido el fallo ante el Tribunal Supremo.