Qué nos hace distintos en una entrevista de trabajo

Decir que somos «adaptables al cambio» es no decir nada: hay que buscar cuál es nuestra esencia y explicarlo con ejemplos concretos, que evoquen hechos

02 julio 2018 15:13 | Actualizado a 17 julio 2018 16:37
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Así que proactivo, enfocado a cliente y gran trabajador en equipo. O mejor aún: flexible y adaptable al cambio. Y ya puestos, comprometido y responsable, sin miedo a nuevos retos y con buenas habilidades comunicativas. ¿En serio? Si eso es lo que le va a salir cuando le pidan que se describa en una entrevista de trabajo, lo lleva crudo. Porque, como usted, la inmensa mayoría de los anteriores candidatos y posiblemente los próximos van a ser comprometidos y adaptables al cambio. Es decir: que pase el siguiente.

Lo explica, con otras palabras, Natàlia Segura, socia directora de Smart Executive: «La esencia es lo que nos hace diferentes a los unos de los otros; si tú encuentras tu esencia, puedes llegar a hacer lo que quieras a nivel personal y profesional».

¿Significa eso que mentimos cuando nos definimos como adaptables al cambio? Claro que no. Aunque quizás nosotros entendemos por «adaptable al cambio» algo distinto a lo que entiende nuestro reclutador. Por eso, para evitar malentendidos, «hay que trabajarlo y saberlo explicar -cuenta Natàlia Segura-, para que la persona que te escucha entienda lo mismo que entiendes tú».

¿Cómo lo hacemos? Por partes, y previo a eso: ¿De verdad somos adaptables al cambio, o sólo está en nuestra cabeza? Estos son algunos de los consejos que dio recientemente Natàlia Segura en un MBASeminar de la Universitat Rovira i Virgili (URV) titulado L’essència en una entrevista de feina.

Conócete a ti mismo
El clásico de los clásicos. La gran cita del oráculo de Delfos. Conocerse a uno mismo es la base de todo. Lo que Natàlia Segura llama «la esencia». ¿Cómo dar con esa esencia? Hay métodos. Uno de ellos es el Test DISC, un test que nos ayuda a descubrir nuestra personalidad a partir de cuatro colores (rojo, amarillo, verde y azul), y donde cada uno de estos colores respondería a un gran grupo. Lo mejor de este test: que nos indica nuestra personalidad natural y adaptada.

Es decir, cómo somos y cómo actuamos en determinadas circunstancias. ¿Somos adaptables al cambio en nuestro entorno laboral? Probablemente. Pero quizás sea porque a la fuerza ahorcan. ¿Somos adaptables al cambio, entonces? No de forma natural. ¿Forma parte la adaptabilidad al cambio de nuestra esencia? Probablemente no.

La evidencia: «Cuando un perfil natural y adaptado son muy diferentes, esa persona está en una situación de estrés constante. Por eso es tan importante saber cuál es mi esencia, porque si la conozco me ahorro muchos disgustos; sabré si puedo encajar en un trabajo». 

Quien bien te quiere...
...te hará llorar. Y quien dice verdades, pierde amistades. Pero puede no ser tan dramático. ¿Cómo conocer nuestra esencia? «Preguntando a tus padres, amigos, compañeros de trabajo, pareja, hijos... y a uno mismo».

«Hay que ser consciente de lo que forma parte de ti y de lo que puedes mejorar, coger un papel en blanco, pensar cómo soy, en cosas que conectan con nosotros, y hacer la lista». Con valentía. «Hay que ser valiente en el momento de ponerlo en un papel. Es algo a lo que le tienes que dedicar tiempo y que te tienes que tomar muy en serio, porque te acompañará siempre y te servirá para el trabajo, para la familia...».

Por eso también «las debilidades hay que ponerlas encima de la mesa, pero de una manera en la que lo hayas trabajado y le dediques tiempo a mejorarlo. Todo el mundo tiene puntos de mejora, no hay que esconderlos, pero hay que explicar cómo los trabajas». 

Explícalo con hechos
Decidido: definitivamente, somos adaptables al cambio. Forma parte de nuestra esencia. Eso somos nosotros en estado puro. ¿Cómo lo explicamos? Desde luego, no soltándolo tal cual. Hechos, no palabras. ¿Podemos comunicar eso sin verbalizar las palabras «adaptables al cambio»? No sólo podemos, sino que debemos.

«Para comunicar nuestra esencia no hay que utilizar el lenguaje, sino que contar situaciones vividas que expresen eso», explica Natàlia Segura. Así que si decimos que «un día, en nuestro trabajo sucedió tal cosa, y entonces decidimos hacer tal otra, y al final el resultado fue el siguiente», siempre nos van a entender infinitamente mejor que si decimos que somos «adaptables al cambio».

Porque sea lo que sea lo que ambos interlocutores entendamos por adaptabilidad al cambio, es indudable que la historia que habremos contado sí la vamos a entender de la misma manera. Y ahí sí, entra la selección. Nosotros somos así y actuamos así ante situaciones como ésta.  Si encajamos, el trabajo es nuestro.

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