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El Complejo Industrial de Repsol en Tarragona terminó ayer la parada programada iniciada el pasado 1 de octubre en las plantas químicas de butadieno, poliolefinas y olefinas (cracker), tras 40 días de trabajo. En un comunicado, la empresa informó que empiezan ahora las tareas de puesta en marcha de los equipos, que como es habitual en estos casos comportarán la activación de la antorcha de seguridad y episodios de llama y ruido con cierta continuidad durante los próximos días, pero que según remarca la empresa «son inevitables por razones de seguridad».
Durante esta parada, que en total ha durado 40 días, se han realizado diferentes inversiones en seguridad, innovación tecnológica y medio ambiente, además de trabajos de inspección, mantenimiento, reparación y limpieza de equipos.
El presupuesto total de esta parada programada ha sido de 100 millones de euros y los trabajos que se han ejecutado tienen como objetivo garantizar la operatividad de las plantas, su eficiencia energética y competitividad durante el próximo ciclo de producción que, posiblemente, se alargará hasta 2027.
En este sentido, durante el ecuador de esta actuación, el director del Complejo Industrial de Tarragona, Josep Francesc Font, comentó que «la anterior parada fue en 2013 y esta ha sido al cabo de seis años. Nuestro objetivo es intentar alargar el tiempo entre parada y parada para que la planta sea más fiable».
En total, durante esta parada se han ejecutado 151 proyectos de inversión, ya que, según relató Josep Francesc Font, «aprovechamos para ejecutar mejoras que hemos pensado y proyectado con tiempo».
Teniendo en cuenta que una de las líneas de trabajo de la compañía, a la hora de programar estas inversiones, es la lucha contra la emergencia climática y la reducción de la huella ambiental, algunos de estos trabajos han destacado por el interés en reducir las emisiones de CO2.
