Resiliencia

«Es importante introduicir en nuestros estudiantes en actitudes como la capacidad de adaptación y la flexibilidad»

12 octubre 2020 11:16 | Actualizado a 12 julio 2021 17:58
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El curso académico 2020-21 será un curso excepcional a causa de la Covid-19. La irrupción de esta enfermedad infecciosa a principios de año provocó, entre muchas otras cosas, el confinamiento de buena parte de la sociedad y el cierre de las instalaciones educativas y universitarias del 15 de marzo al 20 de junio. Prácticamente de la noche al día tuvimos que asumir el enorme reto de transformar el modelo de formación presencial que nos caracterizaba en otro virtual, tal como exigía la nueva situación. Así, los 200.000 estudiantes del sistema universitario catalán acabaron el curso de forma satisfactoria. En la Universitat Rovira i Virgili no fuimos la excepción.

La experiencia adquirida durante el segundo cuatrimestre del curso anterior, un mejor conocimiento de cómo se propaga la enfermedad (y de cómo se puede contener) y la planificación que se llevó a cabo durante el verano, considerando una modalidad de docencia mixta en que predominará la docencia presencial a distancia, han permitido, también, que podamos encarar el nuevo curso con más preparación y que podamos garantizar el rigor y la calidad de las enseñanzas. El especialista en cultura digital y procesos de transformación Genís Roca comentana recientmente en un artículo («Resistir no será suficiente») que la pandemia tiene tres etapas: la aparición del coronavirus y el posterior confinamiento, de marzo a junio; el desconfinamiento y la recuperación del espacio libre, con toda la incertidumbre que comporta, que durará hasta que no lo podamos gestionar mejor; y una tercera y última etapa que todavía está por llegar. La segunda etapa, como dice Roca, es de resistencia y de «laboratorio de ideas» para en la tercera etapa, en la que se tendrán que aplicar los conocimientos adquiridos y donde resistir ya no será suficiente. 

Una crisis, por muy global que sea es siempre una oportunidad para continuar progresando y corregir y mejorar formas de hacer o procesos. La Universitat, en estos pocos meses de pandemia, ha aprendido mucho. Tanto el profesorado como el personal de administración y servicios y de los y las estudiantes. Muchos de los aspectos que nos ha traído la Covid han venido para quedarse. Me refiero a una mejor conciliación entre las enseñanzas virtuales y las presenciales, absolutamente necesarias. Pero también a una nueva fase de innovación de los objetivos de aprendizaje, de la tipología de exámenes y de las tecnologías que ponemos al alcance de los estudiantes y futuros profesionales. Es importante introducir en nuestros estudiantes las actitudes asociadas a la resiliencia como la capacidad de adaptación y la flexibilidad, a la vez que hay que formarlos en los 17 objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Esto generará más concienciación de las pautas que tenemos que seguir para respetar el medio o velar por la salud pública. Resiliencia universitaria para construir un futuro mejor.

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