Ropa a prueba de confinamientos

Los orígenes digitales de este comercio de Reus especializado en prendas orgánicas sostenibles le han permitido capear el cierre de persiana

21 diciembre 2020 08:58 | Actualizado a 18 febrero 2021 18:35
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Cuando Glòria Figueres (L’Ametlla de Mar, 36 años) y Joan Prous (Reus, 45 años) tuvieron que bajar la persiana de su negocio de venta de ropa en Reus durante las semanas más duras hasta ahora de la Gran Reclusión, su actividad no se detuvo.

Blaugab, fundada en 2015, era una nativa digital que había dado el paso a un espacio presencial con una tienda a pie de calle en 2017, pero que en ningún momento perdió sus orígenes.

Era, y es, un comercio de proximidad a prueba de confinamientos. Lejos de quedar paralizados, en este comercio que aprovecha las oportunidades que ofrece tanto el canal online como el presencial, se volcaron en lo que entonces era su única opción: la venta electrónica. Y consiguieron salvar la situación con nota.

«Con el confinamiento -explica Glòria Figueres- hubo un parón de todo el mundo durante los primeros quince días, pero después de esas dos primeras semanas, en el canal online tuvimos más ventas que antes de la pandemia». Con la tienda física cerrada durante más de dos meses, contar con experiencia en la venta online ha sido para este comercio de proximidad (así se reivindican) un activo valioso.

«Mientras que en la facturación física, en nuestra tienda a pie de calle -prosigue Glòria Figueres- hemos bajado este año un 40% respecto al año pasado, en online hemos incrementado nuestras ventas un 30%», con lo que, a poco que se reactive el consumo, la perspectiva que tienen de cara al futuro es más que positiva. 

En Blaugab se han especializado desde sus orígenes en ropa sostenible y saludable, con las prendas de ropa interior en el centro de su propuesta.

La idea surgió de una experiencia personal, al «descubrir que la ropa puede afectar a nuestra salud», relata Glòria Figueres. Tras saber que una conocida con SQM (Síndrome Químico Múltiple) era intolerante a cualquier tipo de ropa sintética y constatar que había un vacío en nuestro mercado (a diferencia de Alemania o Escandinavia), decidieron ponerle remedio.

«Vimos que aquí era muy difícil encontrar ropa orgánica certificada, sobre todo ropa interior, que está más en contacto con la piel, así que empezamos con esto y nos hemos especializado», explica Glòria Figueres.

Esa especialización es la que, en buena parte, les ha permitido competir en el mercado español con un producto de nicho que no es tan minoritario, aportando la capacidad de ‘saltarse’ los confinamientos gracias a la venta online.

La mayoría de las prendas que comercializan están fabricadas en Alemania, todas ellas libres de materias primas sintéticas y certificadas en comercio justo.

Un concepto, este último, que junto a la proximidad y a la minimización de la huella de carbono (todas sus prendas están fabricadas en Europa), lleva emparejado un precio de venta al público que dista del que pueden ofrecer algunas grandes cadenas, pero que sus clientes ven justificado.

«No es que la ropa sea cara -argumenta Glòria Figueres-, sino que tiene un precio comprensible. No tiene lógica que compres una camiseta por 4 euros: alguien está ganando mucho y otros perdiendo mucho».

En su caso, un producto como unas bragas de mujer oscila entre los 9,95 euros y los 20 euros la unidad. «Pero te durarán cuatro años sin un agujero, y contribuirás a un mundo mejor. Estás pagando calidad, durabilidad, comercio justo y salud». Hay compradores sensibles al mensaje. No han dejado de vender.

Comentarios
Multimedia Diari