Con la llegada del primer hijo solo el 4,5% de los padres optan por trabajar a tiempo parcial para afrontar los cuidados del menor, frente al 26,3% de las madres, lo que implica una de las principales causas de interrupción de las carreras profesionales de las mujeres. Esta situación, advierte el Instituto Nacional de Estadística (INE), «es reflejo no sólo de un desigual reparto de responsabilidades familiares», sino también de «la falta de servicios, o servicios muy caros», para el cuidado de niños y adultos, y la falta de oportunidades para conciliar trabajo y familia.
El impacto sobre la participación en el mercado de trabajo cuando hay hijos o adultos que requieren cuidados continúa siendo muy diferente en hombres y mujeres, señala el INE. Y advierte de que, cuando la familia crece y tienen tres o más hijos, la corresponsabilidad en el cuidado de los menores es todavía menor y el porcentaje de padres con jornada parcial se reduce hasta el 3,4%, mientras que el de las madres aumenta hasta el 27,5%.
Es más, si se analiza a toda la población de entre 25 y 54 años que tiene jornada parcial, el grupo de hombres que más recurre a la jornada reducida, con un 6,9 % de ellos, es el de los que forman parte de un hogar con dos adultos y sin hijos.
Del total de personas que están inactivas (que no buscan empleo) por cuidar a personas dependientes, el 94,3% son mujeres, y la principal razón que alegan es no poder costear los servicios adecuados para el cuidado de sus familiares dependientes.
El resto de indicadores de empleo no son mucho más alentadores. La brecha de género de la tasa de paro entre mujeres y hombres en edad de trabajar (a partir de los 15 años) ha aumentado en España, y ha pasado de 1,1 puntos en 2013 a 3,3 puntos en el año 2018.
Según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), el número de mujeres paradas es de 1,7 millones, y el de hombres de 1,5 millones.
Además, la tasa de empleo de los hombres aumenta a medida que tienen hijos, mientras que la de las mujeres desciende hasta situarse en el 68,4% cuando tienen dos hijos menores de 12 años y la de ellos en el 90,3%.
La de los padres solo se reduce a partir del tercer hijo, cuando se sitúa en el 80,5% frente al 47,7% de las madres.