Una aventurera del arte en Cambrils

La cambrilense Nuri Mariné desafía un sector complejo y logra ganarse la vida con su taller de pintura

22 mayo 2017 10:13 | Actualizado a 23 mayo 2017 10:02
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La cambrilense Nuri Mariné arrancó su aventura empresarial a contracorriente. Se atrevió a convertirse en emprendedora del arte. Un mundo que no es nada fácil. Es consciente de ello, pero la pintura le apasiona. Y solo esto ya le compensa. Tiene su propio taller, donde lleva a cabo sus creaciones, además de realizar actividades para niños y adultos. Se siente realizada con lo que hace. Aunque económicamente, ya es otra cosa. «El trabajo me va muy bien. El negocio, no», afirma, ilustrando claramente su situación, marcada por muchos gastos y pocos ingresos.

Esta artista era locutora en Ràdio Cambrils, y en 2005 tuvo un impulso de aquellos que llevan a uno a cambiar su vida de arriba abajo. Dejó su empleo, dispuesta a intentar seguir adelante con su verdadera vocación. Lleva pintando desde los años ochenta. Es por lo que se formó. De hecho, nunca lo dejó. Cuando trabajaba en la emisora local, ya daba clases por las tardes en el garaje de sus padres, además de alguna actividad extraescolar. «Pero llegó un momento en que me pesó más la necesidad de dedicarme a la pintura», insiste. Así que dejó el empleo, tomó las riendas de su futuro y se tiró a la piscina.

Vio un local cerca de su casa y decidió alquilarlo para crear el Taller de Pintura Nuri Mariné. «Me pasaban más cosas por el corazón que por la cabeza. Tenía muchas ganas y, sobre todo, la necesidad de hacerlo», insiste. Reconoce que apenas se planteó el tema económico, ni si funcionaría o no. Se guió por su impulso. Y se siente feliz por ello, doce años después. Solo sabía que algo de trabajo podría tener porque ya había hecho talleres con niños. «Pero cuando ves que tener un local supone tantos gastos, te das cuenta de que, por mucho dinero que entre, siempre va a salir más», afirma.

La artista realiza talleres de pintura infantiles, da clases en colegios, y también actividades para el público adulto. «Pese a las mil dificultades, tengo la suerte de poder ganarme la vida con la pintura y el arte. Y por ello me siento afortunada», insiste. Pero no puede quedarse de brazos cruzados. No debe entretenerse. «Me siento muy realizada como persona, pero económicamente todavía cuesta demasiado», afirma esta cambrilense. «He mezclado el arte, que es un mundo difícil, con el de las clases, que también lo es», reconoce, lamentando también la gran cantidad de impuestos que debe pagar.

Mariné, de 49 años, confiesa que entre 2012 y 2014 lo pasó realmente mal. «Llegué a rozar la pobreza», asegura. Pese a tener un local y un piso, le era complicado algo tan cotidiano como comprar comida. «Tenía que contar el dinero. Era muy difícil», afirma. Y añade: «Ya sabía que costaba. Nunca he aspirado a hacerme rica en este mundo. Pero no esperaba que hubiera aquella gran crisis y que me arruinara». En los últimos tres años, la actividad, poco a poco, ha ido remontando.

Además de las clases para niños y adultos –la próxima semana inaugurarán la exposición de fin de curso en el Marro Cafè-, Nuri Mariné nunca ha dejado de pintar. También tiene su propia galería. Expone. Y vende obras de arte. Aquí es donde también ha encontrado cierta mejora. «Se vende un poco más. Antes solo compraban arte para regalar. Ahora hay quien lo quiere para él», apunta. Además, realiza otros proyectos artísticos. Y ya prepara las actividades de verano.
A pesar de todo, se siente feliz por la decisión tomada en 2005. «Si solo hubiera pensado en el negocio, habría cerrado hace años», dice. Pero esta es su vida. Ella es así. Y está a gusto en este mundo. Se mueve por el corazón. No por la cabeza. «Y en este aspecto me siento multimillonaria», confiesa.

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