Antón Costas defiende un nuevo contrato social en la presentación de la Guía Empresarial 2021

Se trata de un extenso directorio empresarial editado por Diari de Tarragona en colaboración con la URV

31 mayo 2021 17:07 | Actualizado a 12 julio 2021 17:32
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Antón Costas, catedrático de Política Económica en la Universitat de Barcelona (UB) y presidente del Consejo Económico y Social  (CES), ha sido el protagonista en la presentación de la Guía de Excelencia Empresarial Tarragona 2021 (que edita el Diari de Tarragona en colaboración con la Universitat Rovira i Virgili) con una ponencia titulada El nuevo contrato social de la empresa.

En el marco de la presentación de la séptima edición de este directorio con las más destacadas empresas del Camp de Tarragona y Terres de l’Ebre, celebrada en CaixaForum Tarragona con el patrocinio de CaixaBank y emitida en streaming de manera simultánea, Antón Costas ha desgranado algunos de los argumentos que le llevan a defender que es momento de encarar un nuevo contrato social -que este economista describe como «el pegamento que hace que una sociedad funcione armoniosamente»-, y hacerlo con el foco puesto en la empresa.

Previamente, Miquel Àngel Bové, catedrático de Economía de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y coordinador de la guía por parte de la URV, ha defendido «la biodiversidad del tejido productivo, que hemos de proteger porque es un elemento que nos hace menos vulnerables y más adaptables». Mercè Chiapella, directora del gabinete de estudios Ceres, ha destacado, por su parte, que «no solo es importante que los ciudadanos conozcan qué hacen las empresas, qué producen, sino cómo lo hacen».

Durante su intervención, el presidente del CES, Antón Costas, ha admitido que «a menudo los economistas olvidamos la importancia que tienen el territorio y la comunidad local», y que eso en parte es consecuencia de que «en los últimos 40 años, los gobiernos se olvidaron también de ello».

«No solo hay que conocer qué hacen las empresas, sino cómo lo hacen» Mercè Chiapella. Ceres

Publicaciones como la Guía de Excelencia Empresarial Tarragona 2021 ayudan, en su opinión, a poner en el lugar destacado que le corresponde esta dimensión, en línea con las corrientes de pensamiento que encabezan economistas como Raghuram G. Rajan, de la Universidad de Chicago, que según ha explicado este lunes Costas han llegado a la conclusión de que «lo que nos está pasando hoy es que en los últimos 40 años hemos puesto el foco en los mercados y hemos olvidado las comunidades locales».

Algo que explica, en parte, la proliferación de «opciones populistas que vienen de comunidades locales olvidadas en estos últimos 40 años». En el caso de los EEUU, y citando a Lawrence Summers, economista en la Universidad de Harvard, «un deterioro sufrido por muchas comunidades que en los años setenta eran prósperas y que en las últimas décadas han quedado abandonadas».

«Si queremos una economía inclusiva -ha proseguido Antón Costas-, hay que volver a poner el acento en nuestras comunidades locales y las políticas públicas tienen que mirar al territorio, como en los años sesenta».

«Debemos proteger la biodiversidad del tejido productivo: nos hace más adaptables» Miquel Àngel Bové. URV

Y llega aquí la necesidad de tener un nuevo contrato social, que según Antón Costas debe poner el foco en la empresa. «¿Qué hace que un país -se preguntó este economista- funcione de manera armoniosa y que el crecimiento económico se reparta? O, por contra, ¿por qué las desigualdades se acentúan?».

«Tiene que haber una especie de pegamento -respondió- que hace que una sociedad funcione armoniosamente. Y cuando este pegamento se seca, se crean divisiones. Eso es el contrato social: un compromiso, con partes escritas y no escritas, entre aquellos a los que les va bien y aquellos que se arriesgan a quedar en la cuneta por falta de ingresos u oportunidades».

«Este compromiso -ha añadido Costas- se manifiesta en políticas e instrumentos que repartan bien los riesgos de una economía de mercado, que los reparta entre el Estado, las empresas, las instituciones, las familias y las personas». En estas últimas décadas, ese reparto no ha sido tal, en opinión de Costas. «La crisis de 2010 fue tremenda -ha explicado-, porque el riesgo de la recesión se echó en los hombros de las familias y los trabajadores».

Pero con la crisis de la pandemia global de Covid-19, «ahora, los ERTE reparten mejor los riesgos entre el Estado, la empresa y los trabajadores. Por primera vez en nuestra historia, la caída del empleo ha sido inferior a la caída de la actividad económica, y uno de los motivos es el ERTE. Esa es mi idea de contrato social. Y no es un pacto, es un contrato que necesitamos construir».

«Una sociedad más justa da lugar a una economía más sana y estable en el tiempo» Antón Costas. CES

Una construcción que llega a partir de lo que Costas describe como «una nueva epifanía que hay desde hace siete años en la Economía, de la mano del FMI, que nos permite pensar en un nuevo contrato social donde nos fijemos en el dinamismo de las empresas, pero a la vez que en la justicia social». En el centro está el cuestionamiento de la Ley de Okun, que hasta ahora nos decía que «una sociedad más justa implica una economía peor».

«Resulta -ha asegurado Antón Costas- que la Ley de Okun no es cierta, y una sociedad más justa da lugar a una economía más sana y más estable en el tiempo. Lo cual nos permite pensar en que podemos construir un nuevo contrato social invirtiendo en justicia social y con una repercusión en la economía».

«Eso pasa por invertir en la educación de niños, jóvenes y mujeres -prosiguió-, teniendo presente que no es gastar en justicia social, sino que es invertir, porque tiene un retorno económico».

Llegamos a las empresas. «Lo que ha secado el pegamento ha sido la desigualdad», ha asegurado Costas. «Los niveles de desigualdad de hoy no tienen justificación posible, y eso es un poderoso disolvente del contrato social. Y hoy, la fuente principal de desigualdad está en la distribución, más que en la redistribución». Es decir, en la empresa. A partir de ahí debe construirse ese nuevo contrato social, que Antón Costas ilustra de manera clara: «Hoy, en una mesa como esta, ninguna empresa defendería que su objetivo sea maximizar el beneficio para los accionistas, sino maximizar el valor para todos sus stackeholders». Es decir, y especialmente, sus comunidades locales. 

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