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El grupo químico alemán BASF no descarta tener que parar la producción en España por el encarecimiento de la energía, lo cual provoca que el desarrollo del ejercicio del 2022 sea "cualquier cosa menos predecible", pues se esperan "impactos severos" a causa de esta cuestión.
En la rueda de prensa telemática de presentación de resultados de las cuentas del 2021, el director general de la empresa, Carles Navarro, ha pronosticado que "la influencia del conflicto (la invasión rusa de Ucrania) será globalmente negativa".
"De momento no hemos parado ninguna producción, pero no descartamos tener que hacerlo", ha explicado después de subrayar la "dependencia significativa" que la compañía tiene de las fuentes fósiles.
Esto comporta que "cualquier encarecimiento de los recursos menguará la capacidad de competir", ha añadido.
"De momento no ha habido decisiones de parada, pero estamos analizando el desarrollo", ha proseguido Navarro, quien también es presidente de la patronal química FEIQUE, y que ha dicho estar a la espera de si se toma una decisión a nivel de Unión Europea sobre el límite del precio de la energía.
En el caso de la planta de Tarragona, ha explicado, el coste en energía se ha multiplicado por 5,5, lo cual "condiciona la rentabilidad y obliga a estar abiertos a todo tipo de escenarios".
Navarro también ha explicado que BASF "sigue cubriendo la demanda de la población civil rusa", país donde opera desde hace 145 años, al entender que "la industria química es una actividad esencial", al tiempo ha asegurado que cumplirá con "los contratos de suministro vigentes con clientes de la zona".
Pese a todo, el grupo alemán está "a favor de la paz, los derechos humanos y contra el conflicto bélico" y muestra su "condena firme y se posiciona contra la invasión injustificada" de Ucrania.
