Cuando en marzo mayea...

El 80% tiene una red social corporativa, pero el 35% reconoce no sacarle partido

21 marzo 2022 10:13 | Actualizado a 21 marzo 2022 10:16
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¿Sabes eso que dicen sobre que dos noticias se entienden mejor juntas? Pues a mí me ha pasado esta última semana… De hecho no ha sido con dos, sino con tres.

Todo comenzó en marzo del año 2019. Sí, hace ya 3 años la prestigiosa revista Harvard Business Review publicó un artículo bajo el título La Transformación Digital NO va de Tecnología.
Se trataba de una reflexión obtenida tras llevar a cabo una encuesta a centenares de directores, consejeros delegados y ejecutivos de diversas organizaciones. Fruto de la misma, se concluyó que la preocupación número 1 era la transformación digital.

Resulta irónico, por tanto, que el 70% de las iniciativas -una inversión equivalente a 900.000 millones de dólares- dirigidas a dicha transformación aquel año, fueran desperdiciadas. Estamos hablando de una cantidad superior al PIB de un país como Suiza, ¡tirada a la basura!

La pregunta que se planteaba en el estudio (e imagino que en tu mente también) era: ¿por qué? Bien, podemos decir que si las personas carecen de la mentalidad adecuada para el cambio, así como las prácticas organizativas son defectuosas, la transformación digital simplemente magnificará esos defectos. 

Partiendo de esta premisa, tanto el estudio del que te hablo, como muchos otros, definieron una serie de lecciones a considerar por parte de todas las organizaciones. Con estas hojas de ruta bajo el brazo, se divisaba un horizonte lejano hacia el que dirigirse y un amplio margen de tiempo con el que comenzar a implantar estos cambios de cultura, previos a introducir la tecnología ‘en casa’. 

Y entonces… Entonces llegó marzo del año 2020 (sí, nuevamente el mes de marzo nos persigue). Como bien estabas intuyendo, fueron pocas las organizaciones que estaban preparadas y habían seguido estas hojas de ruta, para cuando llegó una digitalización a marchas forzadas por culpa del confinamiento. Procrastinación, lo llaman. 

Ya ha llegado el momento de que te hable de la segunda y tercera noticia. Justo el 10 de marzo leía un titular (en un medio de economía) que rezaba: ‘Las empresas que se digitalizan aumentan su facturación un 10-15%’, seguido de la mareante cifra de 3.067 millones de euros que conforman el programa de ayudas promovido por el Gobierno para impulsar la digitalización de las pymes y autónomos. 

Pero antes de continuar con esta noticia, déjame que te hable de la última. Se trata de un estudio realizado por la consultora barcelonesa Incipy, acerca de la madurez digital en materia de RRHH de las empresas españolas. Algunas de las cifras publicadas muestran que: el 80% tiene una red social corporativa, pero el 35% reconoce no sacarle partido; o que el 59% aún está utilizando las antiguas intranets y solo el 32% cuentan con un espacio digital adecuado; incluso que únicamente el 40% está definiendo una hoja de ruta estratégica y global. 

Me temo que no estamos entendiendo nada. Cuando desde hace años se nos venía avisando de la necesidad de cambiar el ADN del tejido empresarial, cuando tras 2 años desde que empezó la pandemia aún no hemos puesto el foco en la mejora de la relación entre las personas y en la experiencia del empleado o cuando tampoco nos hemos preocupado de averiguar cuál es nuestra estrategia empresarial antes de invertir en tecnología.

Hoy abogo por la autocrítica. Porque aún estamos a tiempo, porque podemos disponer de los recursos económicos necesarios y porque la tecnología nos está esperando a la vuelta de la esquina. Pero seamos conscientes de que se acerca el mes de mayo.

Víctor Barcelón, cofundador de BonusBank.

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