Análisis de datos científicos para todos

Datos por aquí, datos por allí. ‘Quien tiene datos tiene un tesoro’, ‘los datos son el nuevo petróleo’... etcétera. La música es más que conocida. Pero ponerse a interpretar la partitura ya es otro cantar. Especialmente, en el caso de los datos científicos, donde un investigador tiene hoy dos opciones: contratar a alguien que sepa programar en C, Python y R, o quedarse sin explotar sus datos.

A diferencia de otros sectores, los datos científicos cuentan con pocas opciones comerciales diseñadas para su análisis. La mayoría de los programas disponibles son, en realidad, desarrollos propios de los mismos científicos, muy especializados y útiles, aunque ‘feos’, con el código crudo a la vista y nada amigables para las personas no iniciadas. Ahora, Datoma propone una tercera opción: subir esos datos a la nube y procesarlos, en una interficie amigable, sin necesidad de saber nada de lenguajes de programación.

Ganadora del premio a la ‘Innovació en l’àmbit de la salut’ en la última edición de los Premis Emprèn de la Diputació de Tarragona, esta spinoff de la Universitat Rovira i Virgili (URV) promete ser «un Spotify para el análisis de datos científicos, principalmente datos de carácter biomédico y clínico, aunque no exclusivamente», explica Óscar Yanes (45 años, Barcelona), cofundador de este proyecto, junto a Pedro García (48 años, Murcia) y Roger Giné (23 años, Camarles).

«Datoma -prosigue Yanes- es una infraestructura en el cloud para analizar datos científicos con herramientas computacionales creadas por desarrolladores con un perfil bioinformático, en un repositorio público donde para utilizar estas herramientas no debas tener conocimientos informáticos».

«Hay un porcentaje muy grande de científicos -explica- que no sabe utilizar estas herramientas, a pesar de que sus creadores las publican en revistas científicas y están disponibles para toda la comunidad científica. Lo que hacemos nosotros en Datoma es migrar estas herramientas al cloud, haciendo que sean de fácil acceso y de gestión muy rápida, utilizando nuestros recursos en la nube y sin necesitar saber nada de programación».

Lo que aporta Datoma es, por un lado, esa ‘capa’ sobre los programas con una interficie amigable (que hoy programan a mano, pero que en un futuro esperan automatizar), y por el otro lado un uso eficiente de recursos, con un desarrollo propio que solicita a los proveedores de recursos cloud solo aquello que se necesita, ahorrando costes y tiempo. «Lo que un ordenador de sobremesa puede tardar entre siete y ocho horas en procesar -explica-, en el cloud se analiza en diez minutos».

Surgida de los grupos de investigación Milab y Arquitectura i Serveis Telemàtics, en la Escola Tècnica Superior d’Enginyeria (ETSE) de la URV, los fundadores de Datoma esperan ahora constituirse en sociedad durante el primer trimestre de 2023, para salir al mercado en 2024 con un modelo de negocio que contempla la suscripción, el pago por uso y la retribución de un porcentaje de las ganancias a los desarrolladores de las herramientas.

Con tres aplicaciones ya en la plataforma y una inversión acumulada de unos 250.000 euros, el año 2023 servirá para «testear con la comunidad internacional» su propuesta y acudir a una ronda de inversión de unos 500.000 euros para su salida al mercado.