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    «Falta una mayor sensibilidad hacia el ámbito económico»

    11 julio 2022 10:53 | Actualizado a 11 julio 2022 11:35
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    Pimec Tarragona celebró esta semana en el Centre de Convencions de PortAventura la jornada titulada Reactivem-nos! Activisme empresarial, donde esta patronal recabó las inquietudes y necesidades de las pymes y trabajadores autónomos de la demarcación de Tarragona, con el fin de definir sus prioridades y acciones en los próximos años. El acto contó con la presencia de Antoni Cañete, presidente de Pimec.

    ¿Cuál es el motivo de su visita hoy a Vila-seca?

    Desde principios del pasado trimestre, en Pimec iniciamos encuentros en todas las sedes territoriales, haciendo actos como este por toda Catalunya. Empezamos en el Baix Camp, y el último acto del ‘tour’ lo llevamos a cabo ahora en el Tarragonès. Se trata de un llamamiento a todas las empresarias y empresarios del territorio a la reactivación y el activismo, para ocupar el espacio que merecen en nuestra economía y nuestra sociedad las pymes y las personas autónomas. Es un acto innovador, porque no hay una lección magistral a cargo de nadie, sino que la gente escoge los temas sobre los que quiere que hablemos y debatamos.

    ¿Y qué temas son los que preocupan hoy a las pymes de Tarragona?

    Preocupa mucho todo el tema de la energía, ya que [la demarcación de Tarragona] es un territorio con una gran dependencia energética, con las industrias químicas como grandes consumidoras, a lo que se suma que más del 80% de la energía que se produce en Catalunya sale de Tarragona.

    Gracias a unas centrales nucelares que, si nada cambia, tienen los días contados para su cese de actividad...

    Por eso preocupa toda la transformación energética. También toda la parte industrial de suministro, de proveedores. Otra cuestión son las infraestructuras, con las comunicaciones del AVE y el tranvía en el Camp de Tarragona, o con la falta de proyectos en Terres de l’Ebre. Y una más: la formación, junto al talento y las necesidades del mercado.

    ¿En qué sentido?

    Es algo que hemos visto ahora con la falta de personal en el sector turístico, pero que también vemos en ejemplos de oficios como el de carpintero, en la industria del mueble de La Sénia, o en instaladores, de los cuales no hay profesionales. Además de analizar los cambios que se están produciendo en el mundo, para convertir las amenazas en oportunidades, se trata de tener reflexiones y análisis muy pegadas al territorio.

    Los buenos datos de ocupación que hemos conocido esta semana, ¿son un espejismo ante lo que llega en otoño? ¿Comparte las visiones que hablan de recesión?

    Es una cuestión de datos, objetiva. La subida en el precio de las materias primas, de la cadena de suministros, de la energía... todo produce una inflación que no es coyuntural, sino estructural. Ahora veremos quizás que esa inflación bajará un poco, pero la inflación subyacente sigue escalando y manteniéndose. Esto provoca un aumento de los costes que como empresa no siempre puedes trasladar al mercado, con lo cual vas perdiendo márgenes.

    ¿Y qué implica esa pérdida de márgenes de beneficio?

    Esto producirá una situación de pérdida de liquidez, que también sucederá en las familias y personas, e impactará en el consumo. Hay que recordar que venimos de dos años de cese de actividad, con un aumento del pasivo en todo este tiempo. En otoño, habrá una inflación grande y, como sea más desbocada que en los países de alrededor, perderemos competitividad. Hace falta hacer una gestión de la productividad diferente a la que hemos hecho hasta ahora. En la situación en la que estamos, difícilmente puedes decirle a la gente que no le subimos el sueldo, pero no solo se trata de productividad laboral, sino también de recursos.

    ¿Prevé un aumento de la conflictividad laboral?

    Esperemos que seamos capaces de llegar a acuerdos y pactos, y hacemos un llamamiento al diálogo, al acuerdo de los agentes sociales. Dicho esto, nos falta sensibilidad hacia el ámbito económico y empresarial. Hoy se están tomando medidas sociales, y estamos de acuerdo con ellas, pero falta más sensibilidad económica.

    ¿Cómo?

    Un ejemplo son los nuevos créditos ICO, que ahora los bancos clasificarán de una manera diferente a la que llevaban a cabo, porque cuando solicitas una prórroga o más carencia en uno de esos créditos, el banco te clasifica en insolvencia o vigilancia, y esto es una trastada. Es algo que es culpa del regulador, es cierto, pero si te van poniendo estas condiciones, no te están ayudando demasiado a salir de la situación. Aunque hay logros.

    ¿Cuáles?

    La nueva ley ‘Crea y Crece’ [que busca facilitar la creación de empresas, luchar contra la morosidad comercial e impulsar el crecimiento de las pymes, reduciendo los obstáculos regulatorios y financieros]. Posiblemente sea una de aquellas leyes que, sin ser perfecta, logra unos avances muy significativos. Fruto de nuestra intervención en el Congreso de los Diputados, expliqué cómo las grandes empresas cobraban y no pagaban a sus proveedores. Europa exigió que se solucionase, y hubo una negociación en la tramitación parlamentaria que ha logrado cosas muy importantes.

    ¿De qué se trata?

    En primer lugar, legislar para los pequeños, haciendo que, cuando una empresa recibe dinero público, deba aportar un documento conforme paga correctamente a sus proveedores. Ahora, para que los grandes contratistas principales puedan cobrar tras adjudicarse una licitación pública, tendrán que demostrar que están pagando a los subcontratistas. Estos cambios son trascendentales, y ha habido una persona, Ferran Bel (diputado por Tarragona con el PDeCAT), a quien se le ha de reconocer el trabajo que ha hecho, y merece la pena ponerlo en valor, porque le hemos dado la vuelta como un calcetín a esta ley.

    ¿Tenemos todas las herramientas, en Catalunya, para competir en igualdad de condiciones?

    Para nosotros, un elemento de competitividad importante son los costes energéticos de las pymes, que son los más altos de toda Europa. Hemos de cambiar los costes energéticos para ser competitivos. También hay que afrontar la morosidad que sufren las pymes por parte de las grandes empresas, así como la fiscalidad.

    ¿Hemos perdido el espíritu emprendedor en Catalunya? ¿Seguimos siendo aquella Catalunya de pymes, donde el trabajador de un taller aspiraba a montar su propio negocio?

    No solo no hemos perdido ese espíritu emprendedor, sino que lo tenemos más a flor de piel que nunca. Otra cosa es que no se den las condiciones para emprender. Que ese espíritu emprendedor existe, eso es seguro. Otra cuestión es el porcentaje de éxito alcanzado, a consecuencia de las condiciones que generamos.

    Pimec Tarragona celebró esta semana en el Centre de Convencions de PortAventura la jornada titulada Reactivem-nos! Activisme empresarial, donde esta patronal recabó las inquietudes y necesidades de las pymes y trabajadores autónomos de la demarcación de Tarragona, con el fin de definir sus prioridades y acciones en los próximos años. El acto contó con la presencia de Antoni Cañete, presidente de Pimec.

    ¿Cuál es el motivo de su visita hoy a Vila-seca?

    Desde principios del pasado trimestre, en Pimec iniciamos encuentros en todas las sedes territoriales, haciendo actos como este por toda Catalunya. Empezamos en el Baix Camp, y el último acto del ‘tour’ lo llevamos a cabo ahora en el Tarragonès. Se trata de un llamamiento a todas las empresarias y empresarios del territorio a la reactivación y el activismo, para ocupar el espacio que merecen en nuestra economía y nuestra sociedad las pymes y las personas autónomas. Es un acto innovador, porque no hay una lección magistral a cargo de nadie, sino que la gente escoge los temas sobre los que quiere que hablemos y debatamos.

    ¿Y qué temas son los que preocupan hoy a las pymes de Tarragona?

    Preocupa mucho todo el tema de la energía, ya que [la demarcación de Tarragona] es un territorio con una gran dependencia energética, con las industrias químicas como grandes consumidoras, a lo que se suma que más del 80% de la energía que se produce en Catalunya sale de Tarragona.

    Gracias a unas centrales nucelares que, si nada cambia, tienen los días contados para su cese de actividad...

    Por eso preocupa toda la transformación energética. También toda la parte industrial de suministro, de proveedores. Otra cuestión son las infraestructuras, con las comunicaciones del AVE y el tranvía en el Camp de Tarragona, o con la falta de proyectos en Terres de l’Ebre. Y una más: la formación, junto al talento y las necesidades del mercado.

    «Hace falta una gestión de la productividad diferente a la que hemos hecho hasta ahora»

    «Con la ley ‘Crea y Crece’ se legisla para los pequeños: cuando una empresa recibe dinero público, debe aportar un documento conforme paga correctamente a sus proveedores.»

    ¿En qué sentido?

    Es algo que hemos visto ahora con la falta de personal en el sector turístico, pero que también vemos en ejemplos de oficios como el de carpintero, en la industria del mueble de La Sénia, o en instaladores, de los cuales no hay profesionales. Además de analizar los cambios que se están produciendo en el mundo, para convertir las amenazas en oportunidades, se trata de tener reflexiones y análisis muy pegadas al territorio.

    Los buenos datos de ocupación que hemos conocido esta semana, ¿son un espejismo ante lo que llega en otoño? ¿Comparte las visiones que hablan de recesión?

    Es una cuestión de datos, objetiva. La subida en el precio de las materias primas, de la cadena de suministros, de la energía... todo produce una inflación que no es coyuntural, sino estructural. Ahora veremos quizás que esa inflación bajará un poco, pero la inflación subyacente sigue escalando y manteniéndose. Esto provoca un aumento de los costes que como empresa no siempre puedes trasladar al mercado, con lo cual vas perdiendo márgenes.

    ¿Y qué implica esa pérdida de márgenes de beneficio?

    Esto producirá una situación de pérdida de liquidez, que también sucederá en las familias y personas, e impactará en el consumo. Hay que recordar que venimos de dos años de cese de actividad, con un aumento del pasivo en todo este tiempo. En otoño, habrá una inflación grande y, como sea más desbocada que en los países de alrededor, perderemos competitividad. Hace falta hacer una gestión de la productividad diferente a la que hemos hecho hasta ahora. En la situación en la que estamos, difícilmente puedes decirle a la gente que no le subimos el sueldo, pero no solo se trata de productividad laboral, sino también de recursos.

    ¿Prevé un aumento de la conflictividad laboral?

    Esperemos que seamos capaces de llegar a acuerdos y pactos, y hacemos un llamamiento al diálogo, al acuerdo de los agentes sociales. Dicho esto, nos falta sensibilidad hacia el ámbito económico y empresarial. Hoy se están tomando medidas sociales, y estamos de acuerdo con ellas, pero falta más sensibilidad económica.

    ¿Cómo?

    Un ejemplo son los nuevos créditos ICO, que ahora los bancos clasificarán de una manera diferente a la que llevaban a cabo, porque cuando solicitas una prórroga o más carencia en uno de esos créditos, el banco te clasifica en insolvencia o vigilancia, y esto es una trastada. Es algo que es culpa del regulador, es cierto, pero si te van poniendo estas condiciones, no te están ayudando demasiado a salir de la situación. Aunque hay logros.

    «Hemos de cambiar los costes energéticos para ser competitivos»

    ¿Cuáles?

    La nueva ley ‘Crea y Crece’ [que busca facilitar la creación de empresas, luchar contra la morosidad comercial e impulsar el crecimiento de las pymes, reduciendo los obstáculos regulatorios y financieros]. Posiblemente sea una de aquellas leyes que, sin ser perfecta, logra unos avances muy significativos. Fruto de nuestra intervención en el Congreso de los Diputados, expliqué cómo las grandes empresas cobraban y no pagaban a sus proveedores. Europa exigió que se solucionase, y hubo una negociación en la tramitación parlamentaria que ha logrado cosas muy importantes.

    ¿De qué se trata?

    En primer lugar, legislar para los pequeños, haciendo que, cuando una empresa recibe dinero público, deba aportar un documento conforme paga correctamente a sus proveedores. Ahora, para que los grandes contratistas principales puedan cobrar tras adjudicarse una licitación pública, tendrán que demostrar que están pagando a los subcontratistas. Estos cambios son trascendentales, y ha habido una persona, Ferran Bel (diputado por Tarragona con el PDeCAT), a quien se le ha de reconocer el trabajo que ha hecho, y merece la pena ponerlo en valor, porque le hemos dado la vuelta como un calcetín a esta ley.

    ¿Tenemos todas las herramientas, en Catalunya, para competir en igualdad de condiciones?

    Para nosotros, un elemento de competitividad importante son los costes energéticos de las pymes, que son los más altos de toda Europa. Hemos de cambiar los costes energéticos para ser competitivos. También hay que afrontar la morosidad que sufren las pymes por parte de las grandes empresas, así como la fiscalidad.

    ¿Hemos perdido el espíritu emprendedor en Catalunya? ¿Seguimos siendo aquella Catalunya de pymes, donde el trabajador de un taller aspiraba a montar su propio negocio?

    No solo no hemos perdido ese espíritu emprendedor, sino que lo tenemos más a flor de piel que nunca. Otra cosa es que no se den las condiciones para emprender. Que ese espíritu emprendedor existe, eso es seguro. Otra cuestión es el porcentaje de éxito alcanzado, a consecuencia de las condiciones que generamos.

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