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    El auténtico currículo

    El nivel de frenesí en todos los ámbitos del conocimiento es tal que nos obliga a estar permanentemente alerta de los cambios que se producen

    09 abril 2023 21:37 | Actualizado a 10 abril 2023 14:21
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    Tener un buen currículo es importante en la vida, sin duda. Atesorar títulos, diplomas y certificados es una de las maneras de comprobar que, en efecto, no vamos de farol y que podemos demostrar nuestro nivel de conocimientos o de experiencia en un tema. Hay algunos profesionales que, en su despacho, cuelgan todos los títulos (los importantes pero también los menos relevantes) para que las personas que requieran de sus servicios profesionales tengan la certeza de que no son falsos médicos, masajistas, psicólogos o abogados.

    Algunas personas coleccionan los títulos como si fueran tazas de café con leche. De hecho, seguro que hay mucha gente que, si perdiera sus títulos se sentiría igual que caminando desnuda por una calle repleta de respetables peatones.

    Los títulos están bien, pero empiezan a ser una reliquia del pasado. Tener un título, hoy en día, no garantiza demasiadas cosas.

    Algunos expertos en el tema afirman que, hace sólo medio siglo, un determinado conocimiento (pongamos, saber algo de fitoterapia) se mantenía más o menos actualizado durante unos veinte años, incluso más. Hoy en día, sin embargo, esa actualización se desvanece a los pocos años, digamos cinco como máximo.

    El currículo de verdad es una mente en constante cambio y ebullición

    El nivel de frenesí en todos los ámbitos del conocimiento es tal que nos obliga a estar permanentemente alerta de los cambios que se producen. No me extraña que algunas mentes preclaras crean que vivimos demasiado acelerados y que sería bueno que recobráramos cierta calma (el movimiento slow). Un economista o una ingeniera estudiaron cuatro o cinco años en la universidad y adquirieron muchos conocimientos, sin duda. Pero, ¿cuántos de ellos se mantienen realmente actualizados? ¿Qué sabe de IA o de computación cuántica una ingeniera licenciada hace un par de décadas?

    El auténtico currículo es, en realidad, lo que hemos estudiado o aprendido en los últimos meses o incluso semanas. Libros, artículos científicos, artículos de divulgación, seminarios, cursos, conversaciones interesantes...

    Quizá nos sirva también una buena película o serie. O un viaje aventurero. El currículo de verdad es una mente en constante cambio y ebullición. Que se plantea cómo las cosas podrian ser de otra manera. Que acepta ideas diferentes a las que está acostumbrada. Una mente curiosa, abierta, interdisciplinar y flexible. Una mente con dudas pero con herramientas para convertirlas en certezas, siempre relativas y temporales.

    Veo a mi alrededor demasiado conformismo. Alumnos que dicen que «esto ya lo hemos hecho», como si repetir las cosas desde distintas perspectivas no fuera enriquecedor. O personas que consideran que todo lo que no se puede demostrar no es válido, es decir, fundamentalistas del método científico, que elevan sus quejas precisamente en un momento en que la ciencia empieza a dudar de la base material de la consciencia, entre otras cosas.

    Si quiere saber el auténtico currículo de alguien, pregúntele que está aprendiendo o practicando en estos momentos. Y observe si hay brillo en sus ojos cuando responda.

    Franc Ponti es profesor de Innovación en EADA Business School

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    una mente en constante cambio y ebullición
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