Hoy en día vemos que los desarrollos recientes en el reciclaje avanzado están convirtiendo viejos problemas en nuevas posibilidades. Cada vez más, las tecnologías de reciclaje avanzadas están retomando lo que deja el reciclaje tradicional, ayudando a convertir una cantidad significativamente mayor de plástico usado en nuevos productos, muchos de los cuales pueden reciclarse una y otra vez. Además, es un campo en que los desarrollos tecnológicos están impulsando nuevos modelos de negocio con resultados emocionantes y prometedores para el medio ambiente.
La economía circular es un sistema económico en el que los materiales están diseñados para usarse, no para agotarse. Desde el principio, los productos y los sistemas en los que se encuentran deben diseñarse para garantizar que no se pierdan materiales y que se logre el máximo uso de cada proceso, material y componente.
El desarrollo de polímeros circulares, de momento, no llega a cubrir la creciente demanda que tiene este mercado. Actualmente, solo se recicla el 30 por ciento de los desechos plásticos, la mitad en aplicaciones de alto valor. El objetivo de Europa es llegar a ser cien por cien circular para el año 2050.
En el sector de los plásticos, las tecnologías de reciclaje emergentes -complementarias al reciclaje mecánico- continúan desarrollándose de una manera acelerada. En los últimos años, se ha sumado otra estrategia para el reciclaje de plásticos, el reciclaje químico o avanzado, cuyo objetivo es romper los enlaces que unen las cadenas de polímeros, buscando llegar al monómero o a cadenas más cortas de monómeros. De esta manera, se recuperan bloques de construcción originales que se pueden volver a polimerizar para fabricar nuevos productos.
Las tecnologías de reciclaje avanzadas han evolucionado de dos maneras importantes. Por un lado, ya se están construyendo a escala comercial y grandes instalaciones multimillonarias son capaces de procesar millones de toneladas de plástico al año.
Por otro lado, las propias tecnologías pueden darnos mucho más, como gestionar plásticos mixtos sin clasificar, que incluyen todo tipo de envases; reciclar la espuma de poliestireno, comúnmente utilizada para empaques protectores, llevar el poliestireno a su forma original (estireno), que se puede usar una y otra vez y obtener plásticos reciclados de alto rendimiento y aptos para alimentos, productos médicos y farmacéuticos, con propiedades similares al plástico nuevo o de grado ‘virgen’.
En la actualidad, un buen número de empresas fabricantes de polímeros plásticos están generando una tendencia a nivel global, marcada por el reciclaje avanzado, con múltiples partes interesadas que están invirtiendo en estas tecnologías porque tiene sentido comercial y contribuye a la sostenibilidad. Y aquí cabe destacar que alguna de estas empresas precursoras, lo está haciendo desde Tarragona.
Por eso, es muy importante seguir trabajando en desarrollar ecosistemas de innovación y transferencia tecnológica de referencia. En este sentido, el centro tecnológico Eurecat colabora hoy en retos diversos como la separación de aditivos de diferentes formulaciones de plásticos, el escalado de procesos, diseño de plantas piloto para el apoyo en los nuevos procesos de fabricación, incluso en licenciar tecnologías para el estudio de diferentes residuos plásticos para el desarrollo de nuevos polímeros de alto valor, convirtiéndose así en un socio estratégico para el ecosistema de innovación que define el núcleo de la economía circular para los plásticos. Un modelo que, aplicado de forma correcta, beneficia a la sociedad, el medio ambiente y la economía.
Pablo Ramos Martinez es Responsable de Desarrollo de Negocio del Sector Químico del centro tecnológico Eurecat