El Gobierno español no descarta analizar, junto a las empresas propietarias de reactores nucleares, una posible extensión de la vida útil de las centrales, cuyo calendario actual prevé su cierre definitivo en 2035. Aunque insiste en que este no es el plan acordado en 2019 con los operadores y que hasta ahora no se ha presentado ninguna propuesta concreta (pese a las recientes manifestaciones explícitas en este sentido de empresas como Iberdrola y Endesa), el Ejecutivo se muestra dispuesto ahora a valorar una prórroga.
Así lo expresó la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, en una entrevista concedida a Bloomberg en el marco de la Cumbre sobre el Futuro de la Seguridad Energética, que concluye este viernes en Londres.
«La energía nuclear sigue estando presente en nuestro mix energético, por lo menos hasta 2035», afirmó Aagesen, quien subrayó que cualquier decisión posterior dependerá en primer lugar de las propuestas que presenten las empresas interesadas. «No nos estamos planteando nada porque no hay ninguna propuesta concreta encima de la mesa», insistió.
Aagesen recordó que el actual calendario de cierre fue aprobado por el Consejo de Ministros en septiembre de 2024 y ha sido «avalado y apoyado» por los «distintos sectores energéticos».
Dicho esto, «en un escenario hipotético en el que [las empresas] lo planteen, lo tendremos que analizar», añadió.
Se trata de un primer (aunque tímido) giro respecto a la posición inmóvil expresada desde que empezaron a arreciar las voces que, desde las operadoras, pero también desde organizaciones empresariales, con especial énfasis en el sector industrial, reclaman revisar ese calendario.
Un despliegue de las energías renovables que no avanza al ritmo previsto, unido a un incremento de la demanda de electricidad para afrontar la necesaria descarbonización industrial, han disparado el temor a que el cierre de las centrales nucleares ponga en aprietos el sistema eléctrico español.