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Entender el trabajo en la era de la IA

10 junio 2025 19:51 | Actualizado a 10 junio 2025 19:52
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Que los grandes cambios tecnológicos impactan de lleno en el mercado de trabajo no es nada nuevo. Durante las primeras décadas del XIX, hace ya dos siglos, los luditas quemaban máquinas protestando contra unas innovaciones que creían que les dejarían sin trabajo. Y no se equivocaban, pero conviene recordar que la industrialización inauguraba la capacidad de destrucción creativa del capitalismo. El mismo proceso que destruyó empleos acabó creando nuevos puestos de trabajo que, a menudo, eran mejores que los que se habían perdido.

Hasta hoy nuestra mirada al trabajo ha sido fundamentalmente dual y centrada en la cualificación necesaria para cada empleo. Los puestos de baja cualificación, que podría hacer casi cualquiera, con salarios bajos y a menudo amenazados por la mecanización, y los del extremo opuesto, mejor pagados y protegidos contra la disrupción tecnológica. Estudia, se decía, especialízate y consigue uno de esos empleos para tener una buena vida.

Hace casi cuatro décadas que ese modelo empezó a fallar. Durante los primeros ciento cincuenta años de industrialización la disrupción se centró en el sector industrial, pero desde los años ochenta llegó mucho más allá. La digitalización llevó el cambio acelerado a los trabajos vinculados con la gestión de la información. Sectores que empleaban a miles de personas haciendo trámites administrativos pudieron prescindir de millones de empleos. La banca, los contables y muchos otros trabajos multiplicaron su productividad y dejaron de ser grandes generadores de ocupación pese a ser empleos cualificados.

Desde entonces una matriz permite comprender mucho mejor el impacto de la tecnología sobre el trabajo. La cualificación no es la única clave, la distinción entre tareas manuales e intelectuales sumada a la diferencia entre actividades repetitivas y no repetitivas explica mejor el fenómeno. Si la industria destruyó puestos de trabajo manuales y repetitivos, la informática destruyó puestos de trabajo intelectuales y repetitivos. Y llegamos a la IA.

Hace dos años que la mayoría descubrimos ChatGPT y por primera vez puestos de trabajo altamente cualificados, actividades intelectuales y no repetitivas, están siendo relevados por la tecnología. Abogados, programadores, consultores o ingenieros ven cómo la IA puede replicar sus labores más sencillas y aumentar su productividad. Donde hacían falta diez, ahora podría ser que se necesiten muchos menos. La cualificación ya no será el blindaje que había sido.

Buena parte de los puestos de trabajo manuales y no repetitivos son hasta ahora los últimos a salvo del impacto de la tecnología. Puestos en sectores de baja cualificación como la limpieza y la agricultura, pero también oficios como el transporte, la peluquería o la jardinería, pero acabarán viviendo un proceso similar cuando lleguen los robots. Faltan años, pero no décadas.

¡Vienen curvas! El futuro es hoy.

Marc Arza CEO de Startsud Studio

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