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    Inteligencia emocional y liderazgo efectivo

    09 diciembre 2022 17:26 | Actualizado a 09 diciembre 2022 17:33
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    En un anterior artículo comentamos los aspectos y pilares básicos de la inteligencia emocional, y cómo éstos redundan en conseguir relaciones e interacciones efectivas y productivas.

    En el presente artículo, se ahonda en cómo la aplicación de un liderazgo con altas dosis de inteligencia emocional impulsa y potencia el compromiso de los colaboradores.

    La capacidad de conectarse emocionalmente con los colaboradores es esencial para un liderazgo eficaz y efectivo. En parte, este hecho se debe a que la forma en que un líder hace sentir a sus colaboradores influye de una forma directa en su compromiso y productividad. Nuestras emociones se entrelazan a través de las diferentes situaciones y vivencias que experimentamos en nuestro día a día, como pueden ser entre otras:

    -Situaciones de cambio e incertidumbre

    -Interacciones con colegas

    -Conflictos

    -Esfuerzo y agotamiento

    -Logros y fracasos

    Según Closing the Engagement Gap, una publicación de los investigadores Julie Gebauer y Don Lowman, solo una quinta parte de la fuerza laboral mundial afirma estar totalmente identificada y comprometida con su organización.

    Es clave que los líderes muestren una alta dosis de inteligencia emocional

    Esto es especialmente problemático en momentos difíciles como los actuales, en los que las organizaciones necesitan más que nunca a sus colaboradores para ayudarlas a salir adelante con fuerza, resiliencia y equipadas para encarar el futuro con seguridad y confianza.

    Diferentes investigaciones confirman que mostrar empatía en el entorno laboral (un factor altamente correlacionado con la inteligencia emocional) tiene un impacto positivo en el desempeño individual y organizacional, y con la gestión de las emociones propias y ajenas. Los líderes que muestran un alto nivel de empatía con sus colaboradores directos son vistos por sus supervisores como más efectivos en su desempeño.

    Para ser más empáticos e impulsar un mayor compromiso en el entorno laboral, los líderes emocionalmente inteligentes se enfocan en aplicar y potenciar estas cuatro habilidades:

    1. Intentar ver el mundo como lo ven los demás.

    2. Ser imparcial.

    3. Esforzarse en entender, aceptar y respetar los sentimientos y motivaciones de los demás.

    4. Transmitir la comprensión de los sentimientos de los demás.

    Los líderes carentes de inteligencia emocional tienden a generar estrés, insatisfacción y falta de compromiso en los colaboradores, provocando un descenso de su productividad. No se genera la chispa de la innovación y la creatividad, de las ‘ganas’ para ir más allá. Los colaboradores tienden a intentar limitar y a evitar en lo posible las interacciones con su supervisor, e intentan hacer el trabajo lo más rápido posible, dedicando justo las 8 horas, con el único objetivo de conseguir la transacción del ‘cheque’ del salario mensual.

    Es clave pues, que los líderes a todos los niveles de una organización muestren una alta dosis de inteligencia emocional. Tener en cuenta y aplicar las siguientes prácticas ayuda a desarrollar esta inteligencia emocional, y por consiguiente, la eficacia del liderazgo:

    1. Conectar con los colaboradores a nivel personal.

    Cuando se muestra disposición a ayudar a los colaboradores y se agradece y reconocen sus esfuerzos, se les transmite lo importantes que son. Actuar de esta forma genera confianza entre los líderes y sus colaboradores.

    La empatía ha sido durante mucho tiempo una habilidad (soft skill) que en muchas ocasiones se pasa por alto como indicador del desempeño. Sin embargo, diferentes estudios revelan que los líderes más exitosos son emocionalmente inteligentes, están muy enfocados en las personas, y son capaces de trabajar de forma excelente con equipos multidisciplinares, formados por personas de procedencias, culturas y antecedentes muy diversos.

    La forma en que un líder hace sentir a sus colaboradores influye de una forma directa en su compromiso y productividad

    2. Aflorar las motivaciones.

    Por muy importantes que sean la compensación y los beneficios, que lo son, es manifiesto que no son lo único que importa cuando se trata de conseguir y mantener la productividad y el compromiso de los colaboradores. La retribución es una parte de la ecuación de motivación, que tiene más factores.

    La mayoría de las veces, entender qué motiva a los colaboradores es tan fácil como preguntarles y escuchar sus deseos, aspiraciones y sueños. Una vez que se entienden las motivaciones de los colaboradores, incrementa su nivel de satisfacción y compromiso laboral y se les ayuda a navegar en la incertidumbre, lo que redunda en una mejora de retención del mejor talento.

    3. Esforzarse por comprender.

    La habilidad de comprender cuales son los antecedentes (back-ground) de los colaboradores (su identidad social y cómo sus experiencias pueden haber modelado sus perspectivas) demuestra la voluntad de ver el mundo como lo ven los demás, sin emitir juicios de valor ni mostrar prejuicios.

    Los líderes emocionalmente inteligentes aprovechan el poder y la riqueza de los diferentes antecedentes y vivencias de sus colaboradores y tienen una ventaja competitiva en la nueva ‘economía del talento’, ya que la comprensión y consideración de las diferentes experiencias vividas por los colaboradores ayudan a sus equipos a alcanzar y liberar su máximo potencial.

    Potenciar la inteligencia emocional para ejercer un liderazgo efectivo requiere aumentar la autoconciencia, fuertes dosis de escucha activa y la voluntad de aprender y reconocer los propios desencadenantes y debilidades emocionales. La eficacia de los líderes se ve restringida o amplificada en función de cuán bien se conocen a sí mismos, su comprensión de cómo los ven los demás y de cómo vehiculan y gestionan las interacciones con los demás.

    Alfred Arias, Profesor de los módulos de Lideratge d’Equips y Gestió de Persones del MBA-URV

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