La crisis de los microchips ha derivado en parones puntuales en las cadenas de producción de automóviles. Las marcas operan a medio gas y una de las consecuencias será que las matriculaciones tácticas apenas crezcan un 1% este año, según datos de MSI para Sumauto. Otro de los efectos es la importación de vehículos usados, un mercado que también se está viendo afectado.
El consumidor ha puesto su punto de mira en el mercado de ocasión como alternativa más económica frente al incremento de los precios de los modelos nuevos, de entre un 3% y un 6%; y el aumento en los plazos de entrega, que ya superan los tres meses (109 días).
En el mes de agosto se agudizó esta tendencia ya que las ventas de VO casi triplicaron a las de nuevos. Por esa razón, para responder a la creciente demanda, las marcas están recurriendo a las importaciones, lo que explica que éstas aumenten previsiblemente un 12% y alcancen los 79.000 en 2021.
Así, la “parálisis” en el mercado de vehículos nuevos provocará que las ventas de coches de segunda mano se recuperen y alcancen los dos millones este año. La cifra supone un incremento del 10% respecto a 2020 y se queda solo a un 4% de batir las de 2019.
Falta de stock también en VO
La falta de stock en el mercado de nuevos también se está dejando notar en el de ocasión que no es ajeno a la crisis de los microchips. Y es que al frenazo de las automatrículas hay que sumarle tres motivos que hacen que comiencen a escasear los vehículos jóvenes en exposición:
Las ventas de coches nuevos no atraviesan su mejor momento
Los rent a car’ aportan menos coches usados por el parón del turismo
Los particulares tardan meses en deshacerse de su coche usado por los retrasos en las entregas.
Esta “tormenta perfecta” ha provocado que el número de vehículos usados en venta haya caído cerca de un 2,5% en los últimos dos meses, de los 416.017 a los 405.858.
Según el director general de Sumauto, Nicolás Cantaert, “se ha producido una ciclogénesis explosiva. Las principales ‘fábricas de VO joven’ como son las automatrículas y los ‘rent a car’ han cerrado el grifo y apenas han aportado vehículos, mientras que los particulares han demorado la devolución de su usado”.