Subestación a subestación, transformador a transformador, interruptor a interruptor. Desde las 00.30h de este martes, cuando Red Eléctrica de España (REE), encargada de la operación y transporte de la electricidad en España, empezó a liberar potencia de forma estable para la red de distribución, las empresas encargadas de esa distribución han estado haciendo encaje de bolillos para ir dando acceso a la red sin comprometer el balance del sistema eléctrico y tener que volver a la casilla de salida.
Fuentes de Endesa aseguran que, tras una noche intensa, la práctica totalidad de la red de distribución ha sido restablecida. De momento, está aguantando bien el progresivo incremento de la demanda, a medida que se reconectan a la red algunos de los puntos de consumo que el lunes, tras el gran apagón ibérico, entraron en parada automática como forma de autoprotección.
Entre las prioridades de esta larga madrugada de subestaciones y calculadoras (para tratar de que cada nueva incorporación cuadrase con lo que se tenía disponible) estaban ir restableciendo la electricidad en las infraestructuras críticas (como las centrales nucleares) y los hospitales, optimizando la potencia que poco a poco iba poniendo a disposición Red Eléctrica de España.
En algunos momentos, la conexión con Francia a través de la MAT, esencial para restablecer el sistema eléctrico en España y Portugal, pendió de un hilo, obligando a los técnicos a pelear por cada megavatio.
La gran prueba hoy y en los próximos días será cómo resiste la red la paulatina reconexión, por ejemplo, de las plantas del polo petroquímico de Tarragona, una industria electrointensiva que devora electricidad para su operación diaria.