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La vivienda industrializada gana altura

El Gobierno aprueba el Perte de la Industrialización de la Vivienda para ayudar a afrontar la crisis habitacional

12 mayo 2025 15:28 | Actualizado a 12 mayo 2025 18:45
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La vivienda industrializada gana altura. El Consejo de Ministros aprobó hace pocos días el Proyecto Estratégico para la Recuperación y la Transformación Económica (Perte) de la Industrialización de la Vivienda, una herramienta que movilizará hasta 1.300 millones de euros para apoyar el despliegue de este modelo constructivo, con el objetivo final de incrementar la oferta de vivienda asequible.

En el resumen ejecutivo de este Perte se describen sus motivaciones: «Se trata de construir más, más rápido y mejor, con mayores criterios de sostenibilidad y eficiencia, para que España disponga cuanto antes de un parque público de vivienda similar a la media europea».

«La necesidad de impulsar este proyecto estratégico -prosigue el documento- parte de la constatación de algunas carencias en el sector: los elevados costes financieros, el elevado envejecimiento de las plantillas y un tejido empresarial muy atomizado».

«Aumentar la eficiencia y capacidad productiva en el sector de la construcción -prosigue- es crucial no solo para mejorar la accesibilidad a la vivienda, sino para impulsar el crecimiento de la economía española a largo plazo».

¿Puede la construcción industrializada ser la respuesta (o, por lo menos, una parte significativa de la respuesta) a los retos que presenta la crisis de la vivienda? Así lo considera el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno de España, que asegura que «si bien esta crisis de accesibilidad tiene múltiples causas, la insuficiencia productiva del sector de la construcción es un factor relevante, y alguno de los procesos, todavía no suficientemente eficientes, se presentan como una oportunidad de mejora para afrontar esta problemática».

Entre los objetivos estratégicos que se persiguen están «reducir costes y tiempos para aumentar la competitividad», «aumentar la sostenibilidad y eficiencia», «garantizar una mayor seguridad para los trabajadores y fomentar la incorporación de mujeres a un sector altamente masculinizado» y, por último, «fomentar la colaboración entre los actores que intervienen en el sector para que las empresas, muchas de ellas pymes, ganen músculo».

Una fórmula bien conocida

Hormipresa es una de estas empresas que han ganado músculo (siguiendo la terminología empleada por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana) gracias a la construcción industrializada. Fundada hace más de medio siglo en Santa Coloma de Queralt (Conca de Barberà), los inicios de esta empresa fueron la construcción de casas unifamiliares prefabricadas en hormigón.

Pocos años después entró en el mundo industrial y terciario (hospitales, escuelas, oficinas, naves industriales y logísticas...), siendo pionera en la introducción en España de la placa alveolar, un elemento constructivo que permite cubrir techos entre plantas sin necesidad de encofrados ni columnas.

«La construcción industrializada es una de las soluciones a la falta de mano de obra» (Xavier Vilajoana, APCE)

Hace poco más de una década, la empresa fue adquirida por el grupo industrial familiar Brand Corner, con sede en Sant Cugat del Vallès, que se quedó con el centro de producción de El Pla de Santa Maria (Alt Camp) y adquirió unos años más tarde otro centro de trabajo en Puertollano. La sede histórica de Santa Coloma de Queralt y otro centro de trabajo en Guadalajara no sobrevivieron a la reestructuración que siguió a la compra.

Hasta que, a principios de 2024, Hormipresa adquirió las antiguas instalaciones de Santa Coloma de Queralt en las que había nacido, para destinarlas en exclusiva a la fabricación de componentes para la construcción industrializada en hormigón con aplicación en el sector residencial multiplanta. Es decir, los edificios de viviendas que desde el ministerio de Vivienda y Agenda Urbana pretenden ahora impulsar con este nuevo Perte de la Industrialización de la Vivienda.

Tras una inversión de 7 millones de euros y la contratación de 80 trabajadores en este centro de trabajo de la Conca de Barberà, Hormipresa cuenta hoy en estas instalaciones con una capacidad de producción de 25.000 metros cúbicos de hormigón al año (siempre en formatos destinados a la obra residencial multiplanta), que podrían ampliarse si el mercado acompaña las expectativas de crecimiento.

Falta de mano de obra

Lo explica Josep Maria Ruiz, CEO de Hormipresa, que coincide con el análisis que hace del sector el Perte de la Industrialización de la Vivienda: «En España no tenemos la capacidad para construir la cantidad de viviendas que se necesitan, por- que no tenemos mano de obra para hacerlo. Hoy es imposible alcanzar esos objetivos, y la única solución es industrializar la construcción de la edificación residencial, con edificios de viviendas multiplanta».

«Más del 80% de todo lo que se construye -prosigue Josep Maria Ruiz- son edificios residenciales multiplanta. A día de hoy, el porcentaje de estas construcciones que han sido industrializadas apenas llega al 1%, pero ahora que no hay mano de obra, pienso que la única alternativa es hacer la construcción en una fábrica, y trasladar después [hasta el lugar de ensamblaje, donde se levantará el edificio con las piezas fabricadas]. Lo máximo que se pueda, debería hacerse en fábrica».

¿Ayudará la construcción industrializada a reducir costes y aumentar el parque de vivienda asequible? Aquí, la respuesta no es tan coincidente. Puede ayudar a aumentar el parque de vivienda, pero no necesariamente hacerla más asequible. «El primer problema de la vivienda -reflexiona Josep Maria Ruiz, de Hormipresa- es que no hay suelo. A día de hoy, los costes de la construcción tradicional y los de la industrializada son similares y, aunque hoy se puede industrializar de forma fácil el 40% de un edificio, la industrialización depende de la tipología de ese edificio. No todos los edificios se pueden industrializar. Cuanto más estandarizada sea la arquitectura, más grado de industrialización habrá».

«Lo máximo que se pueda, debería hacerse en fábrica» (Josep Maria Ruiz, Hormipresa)

Hoy, el efecto más palpable que tiene la construcción industrializada sobre los costes de promoción de viviendas se encuentra en el tiempo que dura terminar un edificio desde el primer movimiento de tierras hasta que se entregan las llaves. Para ser precisos, el tiempo sobre el terreno. En lugar de hacerse todo in situ, se traslada una parte sustancial a la fábrica.

El resultado es que «se tarda mucho menos tiempo», explica Josep Maria Ruiz. «Un edificio de 200 viviendas que sobre el terreno se haría en un año y medio -prosigue-, se hará en un año. Para un promotor, lo que cuenta es la obra in situ, así que podrá obtener las rentas del edificio o vender el edificio medio año antes».

Extender la construcción industrializada, además, puede tener como consecuencia economías de escala que, en ese escenario, sí incidirían en los costes de fabricación. «Veo el Perte [de la Industrialización de la Vivienda] como algo muy positivo -valora Josep Maria Ruiz-, que ayudará a que las empresas sean más competitivas, incrementen la productividad, se creen puestos de trabajo más especializados y mejores condiciones laborales; es un salto cualitativo de la construcción».

A las puertas de Construmat, el presidente de esta feria, Xavier Vilajoana, que preside también la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), confirma que la construcción industrializada va a ser una de las grandes protagonistas de este encuentro profesional que se llevará a cabo en Fira de Barcelona entre el 20 y el 22 de mayo, y valora de forma muy positiva este nuevo Perte de la Industrialización de la Vivienda.

«Es un plan estratégico a diez años -reflexiona Xavier Vilajoana-, pero solo que se hable de ello ya es bueno». Dicho lo cual, atempera las expectativas: «La construcción industrializada ha de aumentar, pero no sustituir a la tradicional».

También Xavier Vilajoana incide en el suelo como un factor determinante: «El primer motor sería que, a través de los concursos de suelo, se premiase la construcción industrializada». Algo de ello apuntó esta semana la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, que anunció que la Empresa Pública de Vivienda (sustituta de la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento del Suelo) puntuará hasta un 10% los elementos de industrialización en sus licitaciones.

«La intención -prosigue Xavier Vilajoana- es llegar a un 10% de vivienda industrializada en 10 años, en lugar del 1% actual. Es algo que permite incorporar mano de obra cualificada, como todo lo que se hace en la industria. No es más barata pero, depende de cómo, eso se compensa con los plazos. Es una de las soluciones a la falta de mano de obra, porque facilita la incorporación de nuevos trabajadores. Para reducir costes, hoy no sería, pero cuando logremos una economía de escala -concluye-, podremos lograrlo».

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