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    Las mentalidades de las empresas del siglo XXI, en proceso de transición

    La colaboración, el crecimiento y la generación se abren paso en las compañías frente a mentalidades más clásicas como las de dominación, fijas o extractivas

    27 marzo 2023 08:59 | Actualizado a 27 marzo 2023 14:20
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    El mundo está en constante proceso de transformación y en los últimos años nuestras mentalidades han cambiado o están en ello, también las del mundo empresarial. Elena Palma, piscóloga y coach se refiere a ella misma para recordar que «cuando empecé en esta profesión –en el siglo pasado- el mundo era diferente al actual. Entonces aspirábamos a tener un trabajo estable y a mejorar la calidad de vida que habían tenido nuestros padres. Pero en 2008 llegó la crisis económica y financiera y nada de esto conseguimos. Hoy, los nacidos en el siglo XXI ven todo esto como un poco anecdótico, porque el cambio es una constante», explicaba esta consultora esta semana en un acto celebrado en la Cambra de Comerç de Reus, en el marco de la Fira de l’FP Dual.

    Cambio, crecimiento, generación. Los conceptos han cambiado o están haciéndolo y las empresas no son ajenas a ello. Para Elena Palma existen tres mentalidades que están en pleno proceso de transición, dentro de tres grandes ámbitos: el poder, el aprendizaje y la relación con el entorno.

    Por lo que respecta al poder, la coach nos recuerda que «durante siglos hemos vividos con la mentalidad de la dominación, pero hace un tiempo que se pone en duda. Es la clásica, donde el poder se ejerce desde arriba hacia abajo, donde están los subordinados. Son estructuras verticales y jerarquizadas que la mayoría de empresas tiene. Es el modelo clásico donde el subordinado obedece y se nos ha dicho que no puede ser de otra manera». Pero esto no es cierto. Los tiempos están cambiando y en las empresas ha empezado a aflorar otra mentalidad, «afortunadamente», puntualiza Elena Palma. Se trata de la mentalidad de la colaboración, «donde el poder no se ejerce sobre los otros, sino con los otros. Son estructuras horizontales donde se necesita la confianza y no el miedo. Estructuras descentralizadas y dinámicas, donde se busca el compromiso».

    Hablemos de aprendizaje. Aquí, explica esta coach y consultora, «encontramos una mentalidad fija y otra que está en crecimiento. Según cómo nos hayan educado tendremos una u otra». En la primera, el talento se considera que es algo innato, para toda la vida, donde se rechaza el esfuerzo para hacer algo nuevo y los errores se consideran como un descrédito hacia la persona y cualquier crítica un ataque personal difícil de aceptar. «Se trata de una mentalidad que limita la capacidad de aprendizaje del trabajador», advierte Palma.

    En contraposición a esta mentalidad fija, está otra en crecimiento, «donde se piensa que el talento hay que entrenarlo y que sin esfuerzo y práctica no se puede mejorar. Los retos se ven como oportunidades para ampliar el aprendizaje y los errores como una posibilidad para saber qué necesito hacer diferente», comenta la psicóloga, quien advierte que «las empresas necesitan urgentemente gente con mentalidad en crecimiento».

    Por último, encontramos una tercera mentalidad en transición entre las empresas relacionada con su relación con el entorno. La clásica sería la extractiva, «donde se tiene muy claro que el entorno se invade y se explota –aunque se esté destruyendo- en beneficio propio», señala Elena Palma. Pero hay otra mentalidad hacia donde transitan muchas empresas que es generativa, y ésta sí que «respeta el entorno y se tiene claro que los beneficios no se obtienen a costar de entorpecerlo El pensamiento es a largo plazo: crear las mejores condiciones para después recoger los frutos», concluye la coach.

    Palma también habla sobre la retención de talento. «Si tenemos la suerte de trabajar con buenos profesionales, lo más normal es que se vayan. Intentar retener talento por parte de la empresa es una energía de desgaste. No tiene mucho sentido y mejor invertir en desarrollarlo y atraerlo».

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