Maria Mas Chacón: «Tarragona ha perdido inversiones por lastres como la inesxistencia de redes cerradas»

La reusense es la nueva directora gerente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) desde el pasado 14 de febrero. Tiene 35 años de experiencia en el sector

14 marzo 2022 09:16 | Actualizado a 14 marzo 2022 09:40
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Maria Mas Chacón (Reus, 1964) es directora gerente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) desde el 14 de febrero. Licenciada en Ciencias Químicas, ha pasado su carrera profesional en Repsol, donde entró en 1987. Durante toda su trayectoria ha sido una pionera: fue de las primeras mujeres en trabajar en el sector petroquímico de Tarragona, hasta el punto de que cuando accedió, ni siquiera había aún vestuarios para mujeres. También fue la primera mujer en dirigir una planta en el complejo industrial de Repsol en Tarragona, donde fue la responsable de construir desde cero y poner en marcha el primer departamento de Medioambiente.

¿Llega a la AEQT en plena pandemia, con una vorágine de cambios normativos, la invasión de Ucrania... ¿Cómo asume el reto?

Para alguien que ha trabajado toda la vida en el sector, es un honor y una ilusión. Pero, sobre todo, una enorme responsabilidad: la AEQT y ChemMed representan al clúster químico más importante del sur de Europa, a la vez que principal motor económico de nuestra región. Más aún en un momento decisivo como el actual: los próximos años serán claves para determinar la viabilidad del clúster químico de Tarragona

¿Cuáles son las prioridades que se marca?

El plan estratégico que presentó la AEQT el año pasado marca la hoja de ruta que quiere seguir el sector para hacer frente a los retos que tenemos por delante. Pero, por encima de todo, debemos poner en valor la contribución al entorno: riqueza, empleo de calidad, actividad para cientos de empresas, atracción de talento, investigación e infraestructuras... La química es el motor del Camp de Tarragona, y queremos que sea también el orgullo del territorio.

La industria química es uno de los motores económicos de la provincia de Tarragona. De hecho, el complejo de Tarragona es el más importante del sur de Europa. La Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT) aglutina a 33 compañías, entre ellas grandes multinacionales de referencia del sector, que generan 10.500 empleos entre directos en indirectos y 35.000 puestos de trabajo inducidos en el territorio. El 93% de sus contratos son indefinidos

¿La industria química goza de buena salud?

Se han recuperado los niveles de producción y demanda previos a la pandemia, durante la cual ha vuelto a demostrarse que la industria en general, y la química en particular, resisten mejor y se recuperan más rápido de las crisis, y eso aporta solidez a la economía local. Así que existen fortalezas, pero también amenazas: vivimos un momento decisivo para garantizar la viabilidad futura de la industria y la sostenibilidad hay que trabajarla.

La normativa europea fija una reducción progresiva de emisiones hasta llegar a las cero en 2050. ¿El sector está preparado para este cambio o urge un plan de reconversión?

El sector tiene deberes que hacer y cambios que impulsar, está trabajando ya en ese camino y estará preparado cuando llegue el momento. Aun así, existen también condicionantes externos que no dependen del sector, sino de las administraciones, que deberán defender los derechos de nuestra industria para competir en un mercado global.

¿Qué papel jugará el hidrógeno verde?

Ahora mismo es la mejor alternativa para hacer posible la transición energética. Por eso es clave el impulso público-privado a esos proyectos a través de líneas como los fondos Next Generation. Hay que tener en mente que competimos a escala global y es en este contexto donde las multinacionales toman las decisiones sobre dónde invertir.

¿Las energías renovables son una apuesta o una necesidad? 

Son una necesidad si queremos cumplir con los planes de descarbonización. Ni el hidrógeno ni la transición energética serán posibles sin multiplicar la actual capacidad de generación de renovables. Así que es necesario que los agentes implicados nos pongamos a trabajar conjuntamente, con empatía y voluntad constructiva, para construir un modelo ambicioso, sostenible y consensuado con el territorio, que permita encajar todas las necesidades.

¿Tendremos pues industria química en Tarragona a medio plazo?

Trabajaremos para que así sea, aunque la respuesta dependerá de dos áreas. Una interna, que depende del propio sector y sus retos, y otra externa, vinculada a la competitividad del territorio, y que depende de las administraciones públicas: desde las redes cerradas hasta el Corredor Mediterráneo, pasando por la Autovía A-27. Al margen de las medidas ya mencionadas para facilitar transición energética.

«La Ecoplanta presenta un valor añadido por la naturaleza de su actividad: reciclaje químico para convertir residuos en materia prima para nuevos procesos del sector. Transmite un mensaje potente: la Química es la solución a los retos de sostenibilidad que tiene la sociedad y Tarragona participa de ello, con este y otros proyectos que también están en proceso. La integración de esta unidad y su eficiencia avalan la actuación y la sostenibilidad del conjunto», asegura Maria Mas

Con el precio de la electricidad disparado, ¿cobra más sentido la reivindicación histórica del sector de las redes cerradas? 

El precio de la energía es insostenible. En otros sectores ya han tenido que interrumpirse actividades, y si no se resuelve también puede acabar afectando a la química. Por eso, aunque hablemos mucho de futuro, tenemos también urgencias en el presente que obligan al sector a apostar aún más por la mejora continua y la eficiencia, para ser competitivo y sostenible hoy. En cuanto a las redes cerradas, continuamos a la espera de que se resuelvan las alegaciones al borrador de reglamento, que presentamos hace casi un año. Por una cosa u otra, llevamos desde 2009 compitiendo en inferioridad de condiciones respecto a Europa por esa cuestión.

¿Teme que esta competencia desigual pueda provocar una fuga de inversiones?

Cuanto menos competitivo es un territorio, menos atractivo es a nuevas inversiones, y más riesgo hay de deslocalizaciones. En los últimos años, nos constan varias empresas que se han interesado por instalarse aquí y finalmente no lo han hecho, entre otras razones, por esos lastres a la competitividad que hemos mencionado: coste de la electricidad, inexistencia de redes cerradas, falta de ancho europeo… Repito que, en el contexto actual, las decisiones sobre dónde invertir se toman a escala global.

El sector también ha alertado de que pueden afectarle decisiones en el ámbito estrictamente catalán: moratoria a incineradoras, nuevos impuestos…

Así es. Ya no son sólo diferencias respecto a otras zonas del mundo o de la Unión Europea. Se están añadiendo obstáculos incluso respecto a otras zonas de España, como la moratoria a las incineradoras o el anuncio de un nuevo impuesto al CO2. Todo ello en un contexto de transición energética que requiere de grandes inversiones a abordar de forma inminente, que las empresas están programando en estos momentos.

El sector químico de Tarragona produce al año esta cantidad de productos. Las empresas asociadas a la AEQT concentran el 50% de la producción de Tarragona y el 25% de España

Respecto a las fortalezas y oportunidades de la industria química, ¿cuáles son?

La principal, que hace único al sector químico de Tarragona, es su integración en el territorio, que se visualiza en el clúster ChemMed: contar con la complicidad unánime de las organizaciones tanto públicas como privadas aporta solidez y confianza de cara a las multinacionales que operan aquí o que estudien instalarse. Además, la interacción con muchos de los agentes del clúster es también un valor diferencial: la proximidad del Port, la cooperación con universidad y centros de investigación, los programas de FP Dual… facilitan sinergias que no son habituales en otros polos químicos.

Y las sinergias internas del propio sector, entre las empresas. 

Exacto. El alto grado de integración de la cadena de valor se traduce en que los productos y subproductos de algunas empresas son materias primas para otras. Así que, para ellas, producir en Tarragona presenta unas sinergias difíciles de encontrar en ningún otro lugar. Lo mismo ocurre en cuanto a la cultura cooperativa del sector: la propia AEQT, la gestión conjunta de las aguas industriales, los Parques Químicos de Seguridad, el Rack Dixquímics de tuberías, el emisario... Una larga lista de proyectos conjuntos, pioneros internacionalmente, que ofrecen a las empresas unas condiciones únicas para operar en Tarragona.

En el segundo aniversario del accidente de Iqoxe, vecinos y sindicatos salieron a la calle para denunciar que no se ha avanzado nada en materia de seguridad. ¿Está de acuerdo?

Desde la AEQT estamos en contacto permanente con el territorio y los agentes que lo conforman: administraciones, entidades… Ese diálogo nos permite conocer sus inquietudes y trabajamos para darles respuesta, a través de acciones como las que recoge nuestro plan estratégico. En este sentido, se ha trabajado y avanzado sin duda, también por parte de la Administración. Pero tenemos claro que mientras haya recorrido, seguiremos avanzando. 

¿El Plaseqcat es eficiente o necesita un giro?

Los planes de emergencia exterior son responsabilidad de la Administración y no nos corresponde a nosotros valorarlo. En cualquier caso, naturalmente celebramos cualquier mejora que contribuya a una mejor gestión de posibles emergencias, a una información más rápida hacia la ciudadanía, y a una recuperación de la confianza. De hecho, hemos colaborado en el proceso de revisión del plan y estamos a disposición del Departament para seguir haciéndolo. Nuestra actitud es siempre colaborativa. 

¿A la sociedad del entorno le costará recupera la confianza en la industria química?

Estamos seguros de que será un proceso largo, pero desde el primer día estamos trabajando para ello y de algún modo pensamos que ya lo hemos iniciado. Nos hemos centrado en estos dos años en mejorar el diálogo y la transparencia, y en acciones de divulgación y formación. Tenemos claro que hay que seguir y ampliar el foco, y ahí estaremos, convencidos de que seremos capaces de reforzar esa confianza. Un aspecto positivo de la pandemia ha sido que ha puesto de manifiesto lo primordial que es la química para mantener la salud y el confort en nuestras vidas. La industria del Camp de Tarragona, y las personas que la forman, se han mantenido en primera línea, garantizándole a la sociedad bienes y suministros importantísimos, y creemos que eso ha ayudado a visibilizar al sector químico como un socio comprometido y esencial, que suma y aporta. 

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