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Bodega Baixas Lehnberg: pioneros en la agricultura biodinámica

Este negocio familiar empezó como un proyecto agroecológico en los años 70

01 octubre 2023 17:04 | Actualizado a 02 octubre 2023 13:25
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La bodega familiar Baixas Lehnberg es una finca que está situada en la pedanía de Les Ordes, en un entorno privilegiado de la localidad de Aiguamúrcia (Alt Camp). Cuenta con 30 hectáreas de bosque y 20 de cultivo, y sus impulsores fueron Jesús Baixas y Gisela Lehnberg, quien en la década de los 70 empezaron a promover la sostenibilidad y la agroecología a través de un proyecto propio.

Desde hace años, es su hijo, David Baixas, el que lleva el timón de esta pequeña empresa pionera en agricultura biodinámica. «Mi padre era un abstemio declarado e investigó sobre el mosto. Originariamente empezaron haciendo solo zumos de uva y el vino es un proyecto que comencé hace cinco años», explica Baixas.

El negocio cuenta con muchos años de trayectoria y un catálogo conciso de vinos, espumosos y mostos, además de un aceite de oliva virgen extra. La producción es reducida: unas 10.000 botellas de mosto y unas 4.000 de vino al año. «Los zumos de uva se venden en Catalunya y en España. Los vinos van en el mercado extranjero, pero es bastante aleatorio. Podemos estar en Corea, en Suráfrica o en el Canadá. Todo depende de los distribuidores», comenta David.

La Bodega Baixas Lehnberg cuenta con una producción de tres vinos: macabeo, ull de llebre y syrah. También produce tres espumosos, dos tipos de mosto (zumo de uvas) y un aceite de oliva virgen extra
$!Los vinos, mostos y espumosos están muy presentes en el mercado internacional. Foto: Roser Urgell

La marca ha conseguido hacerse un hueco a escala internacional gracias a la exclusividad de sus productos. «Nosotros hacemos una vinificación natural, donde no añadimos ni levaduras, ni sulfitos, ni correctores. Confío mucho en la materia prima y en biodinámica, entendemos que una planta ‘feliz’ y que no está estresada, hace un fruto no estresado». Según Baixas, la biodinámica es «la primera agricultura ecológica que hubo» y tiene en cuenta aspectos que no se pueden demostrar empíricamente, como por ejemplo, cómo afecta el factor astrológico en la vida de las plantas.

Un aspecto que fascina a este agricultor es jugar con el calendario biodinámico: «Yo no vendimio ni prenso cualquier día o a cualquier hora. Miro como está colocada la luna, el sol y los principales planetas, y qué influencia puede tener esto en el vino». Los resultados han asombrado al mismo Baixas, quien asegura que esto puede hacer que el producto final sea más aromático o tenga más toques florales, entre otras cualidades. «Son vinos de mínima intervención humana, pero en realidad aquí ha intervenido todo el cosmos», añade riendo.

Desde hace 10 años, David Baixas gestiona la formación oficial en biodinámica de Catalunya

Además, en Baixas Lehnberg trabajan mucho con fitoterapia, una práctica que se desvincula de los productos fitosanitarios orgánicos. «Cuando te pasas a la fitoterapia ves que hay remedios muy potentes y que las plantas asimilan mucho mejor. La hoja de una cepa reconoce mucho mejor el azufre que pueda llevar un ajo o una cebolla, que el azufre comercial que viene del petróleo».

La parte más dura

A pesar de todo, Baixas reconoce que, hoy en día, lo que más cuesta en proyectos como el suyo son las gestiones. «La administración nos ahoga –manifiesta–. Yo con una producción de 4.000 botellas tengo que hacer los mismos trámites burocráticos que los que producen millones». Y añade: «Tanta campaña de que hay ahora de consumir kilómetro cero, pero luego se están cargando a las personas que lo hacen posible».

Aunque, la biodinámica no es solo una forma de trabajar. Para David también es una manera de vivir acorde con uno mismo y con el entorno que lo rodea. «Llegué a la finca con seis meses y todo lo que le pase a ella me pasa a mí. En biodinámica decimos que los agricultores nos tenemos que cultivar a nosotros mismos, igual que lo hacemos con la tierra».

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