Viajar a África tiene recompensa

Viajar a África tiene recompensa. En apenas dos años, la pandemia global de Covid-19 ha cambiado el mapa de oportunidades del continente africano, donde la presencia física y el trato personal entre clientes y proveedores se ha revelado como determinante.

No son pocas las empresas occidentales que en los últimos meses han visto cómo las trabas a la movilidad eran aprovechadas por algunos de sus competidores para tomar ventaja en esos mercados, cuando un billete de avión ha sido capaz de marcar la diferencia.

Lo explica Roberto Barros, director del área de Internacional de la Cambra de Comerç de Tarragona, referente en España en estos mercados africanos: «África es un mercado presencial, y muchas empresas que están aguantando en remoto están empezando a perder el mercado».

El final de los confinamientos en Europa y la reactivación de los desplazamientos internacionales, aunque limitados y con restricciones, hacen que la situación hoy no tenga nada que ver con la de hace un año y medio, en plena emergencia sanitaria. «En el momento en el que en África ven que empieza a llegar gente desde Europa -explica Roberto Barros-, viajando y ofreciendo sus servicios, y resulta que tú, que eres su proveedor, no les visitas, mientras van recibiendo visitas de otras empresas, es inevitable que se pregunten: ‘Si se puede viajar, ¿por qué mi proveedor no quiere visitarme?’».

«África es un mercado presencial: si no lo visitas, corres el riesgo de perder clientes» -Roberto Barros, Cambra de Tarragona

«Y aquí -prosigue Barros- es donde ese cliente africano se plantea cambiar de proveedor, porque le está agradeciendo al nuevo que les visite. En África, la ‘excusa’ de la pandemia para no viajar te servía hasta un determinado punto, pero ya no te sirve, porque los vuelos, aunque hay menos, van llenos. Y el cliente africano es muy de contacto. Quizás no hay que visitarlo cada año, pero sí cada dos años. Si no lo haces y tienes un producto sustituible, corres un gran riesgo de perder clientes».

Pero todo riesgo, es bien sabido, implica también una oportunidad. En este caso, para quienes decidieron subirse, ya en noviembre de 2020, a alguno de esos aviones semivacíos que empezaban a retomar los vuelos entre Europa y África, cuando la Cambra de Comerç de Tarragona fue la primera de España en recuperar las misiones comerciales presenciales.

«Tengo casos de participantes en algunas de las misiones comerciales que organizamos el año pasado -explica Roberto Barros- que fueron recibidos por empresas que nunca antes les habían querido recibir, y la principal razón era que su proveedor no les visitaba, mientras que ellos estaban allí. Es una grandísima oportunidad».

«Lo que ve ahora el cliente africano -insiste Barros- es que hay gente bajando de los aviones. Y la reacción es pensar: ‘Tú estás aquí, pero mi proveedor hace dos años que no me visita, así que no me tiene en estima’».

¿Se pasó el momento de aprovecharlo? De ninguna manera. «Todavía hay una grandísima oportunidad», asegura Barros, que destaca que, además, se abren áreas de crecimiento que no existían hace dos años. «Con la pandemia -explica- nos dimos cuenta de que no podíamos depender tanto de China y Asia. En África ha sucedido lo mismo, y ahora tienen que empezar a pensar en fabricar sus propios productos. Cualquier ingeniería para industrialización o empresa de productos intermedios, ahora tiene un mercado que hace tres años no tenía». 

Misiones a África de la Cambra de Comerç de Tarragona

• Costa de Marfil y Burkina Faso Del 1 al 8 de febrero (inscripciones cerradas).
• Nigeria y Ghana De l 20 al 25 de febrero (inscripciones cerradas) 
• Mauricio y Madagascar Del 6 al 11 de marzo (inscripciones abiertas hasta el 27 de enero) 
• Rwanda y Uganda Del 28 de marzo al 4 de abril (inscripciones abiertas hasta el 15 de febrero)