‘El peor vecino del mundo’... y el mejor actor del planeta

De Tom Hanks se pueden decir muchas cosas -en su inmensa mayoría cosas positivas- pero lo que parece lo más difícil de señalar es que sea ‘el peor vecino del mundo’. No se puede asegurar (porque no vivo en Pacific Palisades, un barrio de élite de Los Ángeles donde realmente reside Hanks) que el intérprete de Forrest Gump sea un tipo perfecto, pero sí les puedo asegurar que es uno de mis actores favoritos y uno de los mejores del mundo.

Hanks pasa por ser un tipo normal, que conecta con la gente de la calle por ser un tipo de la calle. Pero tiene su carácter, aunque muchos no lo crean. Y eso ha sido suficiente para darle forma al nuevo personaje al que encarna ahora.

Aquí es Otto Anderson (Tom Hanks) es un viudo cascarrabias y muy obstinado. La trama gira en torno a él, en cómo se deleita con la soledad y la amargura, pese a que sus intentos de suicidio siempre han sido frustrados por diferentes motivos. Pero su vida tendrá un giro inesperado cuando llegue al vecindario una pareja con dos hijas que le harán ver la vida de otra forma al nacer una relación conmovedora entre ellos. Otto encuentra la horma de su zapato en la espabilada, y muy embarazada, Marisol, lo que conlleva a una muy improbable amistad que pondrá su mundo patas arriba.

Remake de la película sueca Un hombre llamado Ove (de 2015) y basada en la novela de Fredrik Backman, en El peor vecino del mundo Hanks interpreta al mismo personaje que lo hiciera Rolf Lassgård en la versión original. Pero el ganador de dos Oscars ha sabido darle una vuelta de tuerca más al personaje y le ha dado el ‘toque Tom Hanks’, su toque. Ese con el que reímos, lloramos o nos conmovemos porque logra convencernos siempre de que lo que hace es fácil: llegar a emocionarnos.

El peor vecino del mundo no es la mejor película del actor nacido en Concord (California) pero es otra más de la el espectador sale de un cine habiéndolo pasado bien gracias a un personaje que nos ha hecho pensar.

El peor vecino del mundo ha sabido adaptar con soltura los problemas que podría implicar un remake que lleva la historia de Suecia a Estados Unidos. El personaje de Otto tiene algo -o mucho- de otros que ha sabido manejar también Jack Nicholson en un par de ocasiones (A propósito de Schmidt, de 2003, y Mejor... imposible, 1997). Hanks, que aguanta unos excelentes primeros planos que dicen mucho de él como gran estrella, pasa de ser un vecino tosco, egoísta, obsesivo compulsivo a comprensivo, bondadoso y altruista. Hay momentos en que no hace que diga o haga nada, solo con mirar su expresión o seguir su mirada somos capaces de comprender lo que pretende transmitir. Esa es una de las claves de un gran actor/actriz. Que nos creamos su papel en un drama o en una comedia -aquí reúne ambos géneros- sin grandes aspavientos ni exageradas gesticulaciones.

La forma de hacer más creíble un personaje es hacerlo de la forma más sencilla posible. Y ahí, Tom Hanks lo borda. Igual sí que acaba siendo un pésimo vecino, pero es un actor increíble.

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