‘Top Gun: Maverick’, ‘Top’ Cruise vuela alto

Han pasado 36 años desde que el icono cultural de una generación haya tenido que renacer de sus cenizas, como Pegaso. Aquel Top Gun (Ídolos del aire), de 1986, de Tony Scott supuso el auténtico despegue de un actor que prometía mucho tras sus primeros éxitos en Risky Business (1983) o Legend (1985). Pero Top Gun marcó un antes y un después en su carrera. No solo es sobradamente conocido por personajes como Ethan Hunt (Misión Imposible) o Jack Reacher. También ha pasado a la historia de la cultura pop por sus Ray-Ban Aviator o su chaqueta de piel con cuello de borreguito.

Todo ello sirve para explicar el contexto de un éxito cinematográfico que está a punto de volver a repetirse y en el que Cruise da vida otra vez al teniente Pete Mitchell, conocido como ‘Maverick’, un talentoso y rebelde aviador de Grumman F-14 Tomcat de la Armada de los Estados Unidos.

Top Gun: Maverick no es una película con fondo, pero sí una exhibición de formas. Alcanza su gran objetivo: entretener. Se trata, probablemente, de una de las mejores secuelas de los últimos años e, incluso, supera a su predecesora en muchos aspectos. A la espectacularidad y brillantez de las acciones aéreas hay que añadir cierto ingenio en los diálogos.

Y, evidentememte, la estrella es Cruise, ‘Top’ Cruise, en un momento alto de su carrera en el que tiene pendiente varios estrenos, como las nuevas entregas de Misión Imposible. El actor de Siracusa (Nueva York) logra meterse al público en el bolsillo desde el inicio, con unas escenas de arranque que ya quisieran para sí muchos blockbusters de la última década. Cruise regresa para surcar los cielos a toda pastilla, poniendo patas arriba la percepción del cine de acción, dejando boquiabiertos a los espectadores mientras domina la pantalla como si estuviera controlando su caza. Adrenalina por las nubes y más de dos horas de vuelo apasionante, rápido, encantador e inteligente.

Fetichismo, testosterona, épica, romanticismo y nostalgia se envuelven en un paquete de altos vuelos, acompañados de una excelente banda sonora en la que se incluye ‘Hold my hand’, la canción producida e interpretada por Lady Gaga. Hace 36 años fue el tema ‘Take my breathe away’, del grupo Berlin, la que ganara el Oscar a mejor canción de una película.

Ahora, más de treinta años de servicio después, Pete ‘Maverick’ Mitchell vuelve a la academia de pilotos de combate Top Gun, donde le requieren como instructor de vuelo para formar a una nueva generación de jóvenes pilotos de combate, hombres y mujeres. Allí conocerá a Bradley ‘Rooster’ Bradshaw (Milles Teller), el hijo de Goose, su antiguo compañero fallecido, mientras intenta adaptarse a las nuevas tecnologías y la guerra de los drones. Junto a las nuevas incorporaciones de esta entrega, como las de Jennifer Connelly, Ed Harris o Jon Hamm, repite Val Kilmer como Tom ‘Iceman’ Kazansky.

La expectación por el filme es absoluta dado que, además, la pandemia obligó a Paramount a aplazar su estreno, inicialmente previsto para 2020. Finalmente, y tras más de diez años de trabajo desde que se aprobó el proyecto, la película debuta ahora en los cines, dispuesta a convertirse en uno de los grandes éxitos de taquilla del 2022 y, quizás, asomarse como la opción más comercial en la temporada de premios. Tiene pinta de que irá como un cohete.

El género del manga japonés está dando últimamente unos grandes resultados. Ahí están ejemplos como Ataque a los titanes, Guardianes de la noche o Kenshin. Son solo algunos casos del enorme éxito que ha cosechado este producto de animación (anime) que viene triunfando también fuera de las fronteras niponas.

En esta ocasión, Jujutsu Kaisen 0: La película es una precuela de la serie de anime Jujutsu Kaisen protagonizada por Yuuta Okkotsu, un chico de instituto bastante nervioso con un grave problema: está embrujado. Desde que su amiga de la infancia, Rika, murió en un accidente de tráfico, su fantasma se ha quedado con él, convirtiéndose en un Curse que no le deja a solas. Pero su espíritu no aparece como la dulce chica que Yuuta conoció. En cambio, se manifiesta como una entidad monstruosa y poderosa que lo protege ferozmente. Incapaz de controlar el comportamiento violento de Rika, Yuuta se ve impotente para detener el derramamiento de sangre que sigue a su brutal venganza. Ya que Rika no es un Curse ordinario, capta la atención de Satoru Gojo, un profesor del Instituto ‘Jujutsu’, donde los exorcistas aprenden a combatir a los Curse. Gojo convence a Yuta para enrolarse en la academia... El objetivo es que Yuuta aprenda a controlar al Curse que le atormenta.