Alemania se encuentra conmocionada, «sin palabras», tras conocer el crimen cometido el pasado fin de semana por un par de adolescentes en el Estado de Renania del Norte-Westfalia. Dos chicas, de 12 y 13 años, mataron a puñaladas a otra, también menor, de 12, que murió desangrada como consecuencia de las terribles heridas.
Luise, la víctima, y sus asesinas compartían círculo de conocidos pero poco más ha trascendido sobre su posible relación o el desencadenante del suceso ya que el caso está envuelto en un gran hermetismo por la edad de quienes acabaron con su vida.
Lo último que se sabe de Luise es que el sábado por la noche tenía previsto volver a pie de casa de una amiga hasta la suya en la ciudad de Freudenberg. Pero nunca llegó.
Sus padres avisaron a las fuerzas policiales, que la dieron ese mismo día por desaparecida. Los esfuerzos por encontrarla con vida, sin embargo, fueron en vano. El domingo hallaban el cadáver de la chica en una zona boscosa no muy lejos de su domicilio. El fiscal de Coblenza, Mario Mannweiler, confirmó tras la realización de la autopsia en el Hospital Universitario de Mainz que «la niña murió como resultado de numerosas heridas de cuchillo y por la pérdida de sangre».
Contradicciones y confesión La investigación del brutal crimen llevó a los agentes a tomar declaración a diferentes personas y entre ellas estaban las culpables. Su relato no les cuadró. El diario alemán Der Spiegel recoge que las explicaciones de estas dos chicas en una primera entrevista «contradecían a las de otros testigos», lo que levantó sospechas hasta el punto de volver a citarlas.
En un segundo interrogatorio, el lunes, ya en presencia de sus tutores legales y también de psicólogos, «confesaron» el asesinato. El arma que utilizaron sigue aún sin aparecer. «Después de más de 40 años de servicio, todavía hay sucesos que te dejan sin palabras», admitían desde la Policía de Coblenza.
Las asesinas confesas de Luise son inimputables penalmente en Alemania al tener menos de 14 años -ahora están en manos de servicios sociales- y por ello apenas han trascendido datos sobre el crimen, salvo que las tres chicas se conocían. El primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Hendrik Wüst, deslizó que «los detalles descritos nos dan escalofríos».
«Es inconcebible e insoportable que los niños sean capaces de tales actos», reconoció, consciente del aumento de los delitos cometidos por jóvenes e incluso menores en los últimos años en el país. «No sólo tenemos que monitorearlo de cerca, sino que investigarlo, encontrar las causas y hacer un trabajo preventivo», planteó tras afirmar que el estado se encuentra de luto por lo ocurrido.
