Dicen que siempre hay una primera vez. Pero esta no. No para Creixell. Después de largos años -incluso siglos-, los piratas han vuelto a tomar todas las calles de esta pequeña villa y se han hecho los amos y señores de todas sus pertenencias. «Arrasa con lo que veas y generoso no seas», dicta el lema de los que llevan como símbolo una calavera con dos huesos cruzados. ¡Y vaya que si arrasaron! Eran las 10h en punto cuando Creixell ha amanecido lleno de banderines negros, barcos y varios individuos con un ojo tapado amenazando con espadas y apuntando con pistolas a todo aquél que se atrevía a cuestionarles sus decisiones. Es más, ¡hasta apretaban el gatillo! A quiénes tenían más suerte les daban la oportunidad de jugarse la vida en un duelo que, a priori, tenían perdido. ¡Pam! Disparo rápido y al suelo...
Por suerte, al suelo sólo por unos segundos, los justos para poner punto y final a ese pequeño juego de interpretación en el que se han embutido estos personajes para ponerse en la piel de eso, de los piratas. Porque Creixell sí que vivió esto, cierto, pero de eso hace ya, ¿qué hemos dicho? Ah, sí, siglos.
Y es que en este pequeño municipio existe una leyenda que gira entorno a los piratas: En tiempos en que el mar de Catalunya se encontraba lleno de piratas argelinos y otros lugares, estos cuando podían asaltaban y saqueaban los pueblos de la costa, llevándose a muchos cautivos. Dice la leyenda que cuando los piratas aparecían en Creixell, sus habitantes colocaban una imagen de piedra en la entrada al pueblo y, al verla, los piratas huían atemorizados. Esta imagen todavía hoy se conserva en la fachada de la iglesia parroquial de Sant Jaume.
Érase una vez...
Así que no temáis, todo esto es solo una leyenda, pero de hace muchos, muchos años. Y Creixell ha querido escenificarla en la I Fira Creixell, Terra de Pirates, que llena las calles del municipio durante todo este fin de semana y el lunes.
En la feria se pueden encontrar paradas de artesanía de todo tipo, pero eso sí, todas con un elemento en común: No hay ningún artesano que no lleve su pañuelo pirata. ¡Hay que ponerse en el papel!
Además, a ciertas horas a lo largo del día, el capitán Alanbik, el pirata Marras el Malamirada y el Grumet Escopinya saltan a la calle para ofrecer una interpretación teatral pirata a los visitantes de la feria. Es aquí donde se oyen los disparos y frases tan macabras como: «¡Cómo me gusta matar a gente!». Pero no nos alarmemos, es solo puro teatro.
Finalmente, la feria cuenta también con otro tipo de actividades como espectáculos de noche, taller de pinta-caras, demostraciones de soft combat y melodías varias. Todo, evidentemente, con algún que otro elemento pirata como denominador común que sirva, por encima de todo, para pasarlo en grande.
Pero no nos confiemos... El famoso Jack Sparrow ya lo dijo en su día... «Donde sea que queramos ir, iremos». Yo no sé vosotros, pero yo no bajaría la guardia.
