Agustí Puig, un ensayo visual a través del gesto

Castell de Vila-seca. ‘La poètica del gest’ reúne xilografías, esculturas, cerámicas y pinturas del artista de Sabadell

18 marzo 2023 08:31 | Actualizado a 23 marzo 2023 14:54
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El paso del tiempo, la condición fugaz del ser humano y la constante resistencia a la omisión de la memoria son las raíces de la exposición La poètica del gest de Agustí Puig (Sabadell, 1957), que hasta el 17 de septiembre se podrá visitar en el Castell de Vila-seca, en el marco del convenio de colaboración renovado por el ayuntamiento y la Fundació Vila Casas. «Se trata de la sexta exposición que acoge el Castell de Vila-seca y la primera de Agustí Puig en el Camp de Tarragona, fruto de la voluntad de acercar los grandes artistas catalanes a toda la población», afirmó la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Vila-seca, Manuela Moya. Por su parte, el director general de la Fundació Vila Casas, Joan Torras, corroboró la proyección internacional del artista «como uno de los máximos exponentes de la pintura catalana».

$!Es la primera vez que el artista Agustí Puig expone sus obras en el Camp de Tarragona. Foto: A. González

Así, bajo el comisariado de Natàlia Chocarro, La poètica del gest reúne una sesentena de obras -procedentes del fondo artístico de la Fundació Vilà Casas, de colecciones particulares y del artista- y se presenta como un ensayo visual que evoca los grandes enigmas de la existencia. De este modo, pinturas, xilografías, esculturas y cerámicas forman parte del universo de Agustí Puig, inspirado en colores terrosos, cobrizos, blancos y negros.

Fundació Vila Casas
La exposición es fruto del convenio entre el consistorio y la Fundació Vila Casa, renovado a principios de año.

«La pintura de Agustí Puig ha traspasado a otras disciplinas, un creador que ha sabido explorar cada disciplina con la idea de encontrarse más cerca de la verdad. La poética del gest es una muestra que habla del instinto del creador a la hora de dar voz a su emoción personal», destaca la comisaria en el vídeo de presentación de la muestra que se proyecta durante el recorrido.

Un viaje artístico que incluye dos obras de grandes dimensiones creadas ad hoc para el espacio expositivo. A este respecto, la comisaria reseñó que «para el Castell de Vila-seca tuvimos claro que la propuesta debía ser ad hoc por su arquitectura magnánima», a la vez que puso en valor que «son obras monumentales en las que Agustí Puig aboca la expresión de las emociones, la presencia del ser humano; ese hombre que, desprovisto de lo que es la cabeza, camina hacia delante con la energía del mundo contemporáneo, acompañado de lenguajes ancestrales como la cerámica».

$!La exposición se podrá visitar hasta el 17 de septiembre. FOTO: A. González

A Agustí Puig ambas creaciones le han servido para experimentar con nuevas formas y formatos con los que trabajar. «Ha supuesto un reto crear ambos cuadros porque no los he podido tener mucho tiempo en el estudio, cuando es el tiempo el que pone todo en su lugar», aseguró el artista, para después reconocer que «a veces debes arriesgarte». Una aventura que continúa en la exposición. «Para bien o para mal, cuando observas las obras expuestas, las ves de otra manera. Es fruto de un conjunto de energías, una cuestión que en el fondo se me escapa». En esta misma línea, Natàlia Chocarro aseguró que «cada obra destila su propia energía en una exposición que ha sido creada como una escenografía».

Belleza e instinto creador

Asimismo, la comisaria corroboró que Agustí Puig, como el resto de creadores, intenta a acercarse a la verdad a través de sus obras. A este respecto, el artista aseguró que «todos buscamos la verdad, aunque sabemos que no la hallaremos nunca», para después añadir que «el resplandor de la verdad es la belleza».

$!«Cada obra destila su propia energía en una exposición que ha sido creada como una escenografía», según la comisaria de la exposición. FOTO: A. González

En conjunto, las obras interpelan al espectador, con muchas preguntas sin respuesta. «El espectador es quien termina cualquier obra, es decir, sin el espectador no existe el arte. Cada persona puede ver una exposición diferente», aseguró Agustí Puig, convencido de que «quien regrese dentro de unos meses a visitar la exposición, después de haberla visto, seguro que la verá diferente, porque en el fondo será otra persona y el arte también habrá cambiado».

Por todo ello, La poètica del gest evoca la huella del propio artista «para elaborar un universo de un mundo que vibra, que está en movimiento y que desprende energía», afirmó Natàlia Chocarro, cuyo texto curatorial recuerda que «los hombres de las cuevas de Lascaux se propusieron dejar su huella en la superficie rugosa de la piedra, un gesto en el que encontramos el deseo de trascendencia, y esta es, también, la búsqueda de nuestro pintor».

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