Alba Álvarez: «La soledad o la propia percepción del cuerpo son problemas del día a día de muchísima gente»

‘Pellejos’ es una recopilación de relatos con los sentimientos a flor de piel, historias descarnadas en las que imperan el miedo, la vergüenza y el secreto

10 enero 2023 15:27 | Actualizado a 10 enero 2023 16:01
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La sexualidad, la tolerancia, la percepción del propio cuerpo, la vergüenza y el miedo son algunos de los sentimientos de los personajes que aparecen en Pellejos, una recopilación de historias molestas o, como mínimo, que llaman poderosamente la atención. La mujer que representa a la perfección su papel de viuda en shock, la que se arranca la piel a tiras antes de una cita, quien se va al pueblo huyendo de todo para abrazar el silencio... Pellejos es una obra de Alba Álvarez (Catedral), relatos de pulsiones, salvajes y en ocasiones pensamientos primitivos. Un volumen marcado por un tono de incomodidad y secretismo. «Normalmente este secreto suele ser la manera de lidiar con la vida. Los personajes actúan de forma inadecuada, pero es su manera de poder llevar su día a día», resalta la autora.

¿Por qué el título de ‘Pellejos’?
Viene por el relato homónimo, que en su momento fue el primero que escribí. Siempre me gustó cómo sonaba la palabra, me parece descriptiva del tipo de personas que habitan el libro, en las distintas historias. Personas que no están completas, trozos de algo. Me parecía que encajaba.

¿Personas incompletas o que muestran su parte más oscura?
Ambas cosas porque, por un lado, todos los relatos intentan adentrarse en esa parte oscura que se detona, ya sea por un suceso específico o por un hartazgo acumulado. Pero también creo que son personas incompletas porque mucha de esa parte oscura se debe al anhelo de alguna cosa que falta en sus vidas, lo que hace que no sean felices por completo o que estén muy frustradas.

Los personajes piensan unas cosas y hacen otras.
La frustración que tenemos a diario, las envidias o celos que podemos sentir hacia amigos o familiares son sentimientos naturales que, evidentemente, en los relatos están exagerados. Quería indagar en esas emociones que normalmente nos da vergüenza admitir. Pero creo que hay mucha de verdad cotidiana, por supuesto llevándola al extremo.

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Son personajes muy molestos, ¿cómo surgieron?
Como consumidora de literatura me gustan los personajes molestos, ya que me parecen estimulantes, aunque soy consciente de que no es algo para gusto de todo el mundo. Normalmente, cuando un personaje es molesto es porque sabemos que posee un poco de nosotros. Es decir, que tenemos algunas de sus características o cualidades, especialmente si están asentados en una historia más bien realista. Son personajes que te enfrentan con cosas propias y eso es un proceso interesante.

El libre albedrío podría derivar en muchas de sus situaciones.
Muchas historias ni siquiera se ejecutan, son construcciones en la cabeza de alguien. Es más la maldad que uno tiene en la cabeza en un momento en el que no está bien por el motivo que sea. No siempre somos buenas personas, evidentemente no podemos hacer una constante de ello, pero hay cosas en nuestra vida que hacen que saquemos las maldades que tenemos dentro cuando algo nos cabrea. Y me apetecía seguir esa línea.

Le deja trabajo al lector, que muchas veces debe acabar la historia.
No tenía un interés especial en que las historias se cerrasen de una manera perfecta, tanto en positivo como en negativo. Me gustan mucho los finales abiertos porque cada uno puede interpretarlo de una forma, me parece estimulante que cada uno especule o decida cuál podría ser el siguiente paso, que aquí no está escrito. A veces ni tan solo es un gran interrogante.

Hay mucho sexo.
Más que sexo, es sexualidad porque sexo, que se ejecute, hay muy poco. Es lo que la gente piensa del sexo. Actualmente se habla de una manera más abierta de sexo, pero al final, se trata de la narrativa que cada uno construye, de lo que cree que es porque lo que realmente es, se reduce a una cosa mucho más pequeña. Me hacía cierta gracia y en ese sentido me lo he pasado bien, meterme en este juego, en la importancia que se le da, según el personaje. Evidentemente, es una parte relevante estés en pareja o no. Por ejemplo, si estás conociendo a alguien siempre está presente ese nerviosismo. Pero al final, es algo muy performativo, el peso o la fuerza que tiene es el resultado de lo que nosotros volcamos en expectativas.

Plantea la soledad, una viuda hipócrita... ¿Es una crítica social?
No, para mí no. Otra cosa es la lectura que cada uno haga. La soledad o la propia percepción del cuerpo son problemas del día a día de muchísima gente. Tan simple como eso. Personalmente, me he sentido sola y también he tenido malas percepciones de mi cuerpo en distintos momentos de mi vida y creo que les sucede a otras personas. Pero no es una crítica, sino que es algo muy latente aunque, precisamente, en muchas ocasiones hagamos ver que lo tenemos superado o demos la imagen de no estar solos. En el caso de la viuda, aunque es infeliz con su pareja, no ve la solución. No obstante, a veces cuando se está en una muy mala situación, la separación ni siquiera se ve como una posibilidad. Y a pesar de que aquí no le desea la muerte, esta se convierte en el alivio, se ve libre. En ocasiones cuando muere alguien se cuentan todas las bondades del fallecido y en este caso no era alguien así. Y aunque no se quiere reconocer en el círculo familiar y de amigos, realmente la mujer está mejor sin esa persona. Eso pasa.

«El sexo es muy performativo, el peso o la fuerza que tiene es el resultado de lo que nosotros volcamos en expectativas»

Es un reputado profesor.
Tiene esa fachada de ser amable, cordial, buena gente... que a veces se da en maltratadores. Los demás jamás pensarían que son de una determinada manera.

Otro de los personajes sufre un inmenso dolor, pero procura quedar bien en las redes sociales.
Son una herramienta que, en muchas ocasiones, combaten la soledad o creemos que ayudan a combatirla. Muchos de nosotros hemos crecido con las redes sociales y forman parte de nuestra vida. Entonces, para bien o para mal, las sigues teniendo presentes hasta en los malos momentos. En concreto, la foto de la historia era para enviarla y lo relevante es la conexión, la intimidad que se forma con la otra persona a través de redes porque evidentemente, en mi opinión, se pueden hacer vínculos importantes aunque eso no significa que vaya a solucionar otros problemas que tengas. Para mí es como una manera de escaparse, una vía con la que evadirse. Mucha gente crea intimidades a través de las redes y eso no tiene que ver con la edad, sino con que han encontrado una manera de conectar con otros, algo que en la vida real no han sido capaces de hacer, ya sea por timidez o por poca disponibilidad.

¿Por qué son todas mujeres?
Porque yo soy mujer y la vida ya me parece suficientemente complicada siendo mujer como para meterme en la cabeza de un hombre. Conozco mi experiencia y puedo entender mejor las circunstancias de otras mujeres. Y también me interesan más los debates femeninos. De hecho, en el libro hay muchas cosas relacionadas con esa «psicología femenina», con los valores que hemos absorbido a lo largo de los años y también con los que estamos deconstruyendo, así como la fricción entre ambos. El problema es el músculo que tienes. Es decir, aunque no estés de acuerdo, eso no significa que a veces no actúes de la forma que se considera adecuada o que se adapta mejor a tus principios. Se producen ese tipo de fricciones y es algo que me interesa mucho. Nos sucede más a las mujeres.

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