Un poderoso medio de comunicación de masas y una obra de arte. Estas son las dos caras del cartel moderno. Una doble mirada que repasa la exposición Carteles de la vida moderna. Los orígenes del arte publicitario, que hasta el 23 de julio se podrá visitar en CaixaForum Tarragona.
La muestra, comisariada por Ricard Bru y concebida entre el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) y la Fundació ”la Caixa”, es un viaje en el tiempo a los orígenes del arte publicitario, en la transición de los siglos XIX al XX, a través de la evolución de los carteles litográficos.
«La muestra ofrece una visión panorámica y transversal de la época dorada del cartelismo y es una oportunidad única para acercarse a un momento de cambios, que a su vez abrieron nuevas perspectivas para la humanidad», destacó la directora de CaixaForum Tarragona, Glòria Olivé.
De este modo, Carteles de la vida moderna atesora, mayoritariamente, piezas del fondo del MNAC, además de préstamos de otras colecciones y museos. En total, se exhiben 110 carteles tanto de artistas nacionales como internacionales, sin desmerecer la capacidad creativa de autores con menos renombre.
«La exposición quiere potenciar toda la aportación del cartel artístico moderno, tanto de los grandes diseñadores y empresas, así como de artistas silenciados -porque no firmaban sus obras- que fueron partícipes de un fenómeno que terminó siendo, a finales de 1900, una de las formas artísticas más modernas, originales, ricas, diversas y representativas de la sociedad», aseguró el comisario de la exposición.
En su turno de palabra, la directora del Área de Exposiciones y Colección de la Fundació ”la Caixa”, Isabel Salgado, remarcó que «una exposición como esta provoca investigar, así como restaurar y conservar el patrimonio, ya que 56 piezas, tanto del museo como de otros prestadores, han sido restauradas».
Por su parte, el director del Museu Nacional d’Art de Catalunya, Pepe Serra, puso en valor que «la colección del museo es nacional, lo que significa que es de todo el mundo. El MNAC tiene 22 museos en red y descentralizamos las colecciones siempre en proyectos que surjan de las propias ciudades».
Un grito enganchado en la pared
En los siete ámbitos de la exposición se combina la presentación de la técnica de la litografía con otros aspectos como el papel de la mujer como musa y como objeto de atracción publicitaria, la influencia en el cartel moderno de la estampa japonesa, el arte en la calle o temas que impactaron en la vida cotidiana de esa época como el progreso de la ciencia y de la técnica, la prensa periódica, los libros, la moda, la salud y la enfermedad, las fiestas, el deporte, los viajes o la vida nocturna.
Entre todos los ejemplares, la exposición también hace un guiño al cartelismo con identidad local, ya que se exhibe el cartel Fiestas de Santa Tecla en Tarragona 1910, de José Mongrell Torrent.
La muestra también analiza aspectos como la influencia y el impacto del japonismo en el cartelismo occidental, no solo en lo que se refiere a aspectos estéticos, sino porque muchos pasquines con fines publicitarios se empezaron a producir sobre papeles policromos importados de Japón, xilografías japonesas pensadas para la publicidad occidental. Y en clave local también se exhiben, según explicó Ricard Bru, «dos carteles de eventos en Tarragona, una corrida de toros y una ópera en la Rambla Vella en el que el lenguaje es tradicional, pero se aplican policromías utilizando modelos que son los que transformarán el arte de la época».
Santa Tecla
La muestra acoge un cartel de las Fiestas de Santa Tecla de Tarragona, de José Mongrell, de los fondos del Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Paralelamente, Carteles de la vida moderna permite, en palabras del comisario, «entender que el cartel artístico moderno es un nuevo lenguaje fruto de un nuevo tiempo que aparece cuando la sociedad se transforma, cuando el mundo urbano crece en potencia alrededor de una sociedad industrial, que apuesta por este nuevo medio», a la vez que apunta que «en este contexto, el cartel fue un lenguaje más libre y moderno con la voluntad de ser ese grito enganchado en la pared, un reclamo que destacase entre muchos otros».
En esta misma línea, el comisario de la muestra señala que dicha competitividad contribuyó a potenciar «la búsqueda de soluciones diagonales, contornos marcados, juegos de tipografías, el rol de la mujer..., es decir, se buscaba como superar al resto y ser el cartel más moderno». Y dicha rivalidad artística «es la que provoca esta libertad y una enorme diversidad de diseños».
Así, entre las piezas exclusivas que se pueden ver en Tarragona, el comisario destacó que «el MNAC tiene el único cartel de Joaquin Sorolla, que se ha recuperado y restaurado, y cuyas formas son las de un pintor».
Por último, además de carteles, la exposición también incluye dibujos originales, fotografías, libros, objetos de la época como un cinematógrafo, una lámpara eléctrica y una bicicleta, y algunas de las primeras películas de los Lumière que ayudan a contextualizar esta edad de oro del cartel artístico moderno.
