Las geometrías hipnóticas de Jaume Rocamora

Tortosa. El artista suma una dedicación inagotable a través de viajes y exposiciones en galerías de todo el mundo

20 marzo 2023 08:03 | Actualizado a 20 marzo 2023 08:12
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A través de viajes y exposiciones, el pintor Jaume Rocamora (Tortosa, 1946) ha tendido puentes en los círculos artísticos de todo el mundo, desde Londres hasta Nueva York, pasando por Chicago, Lyon, Luxemburgo, Madrid, Barcelona, Tarragona... y sobre todo Tortosa, donde en 1965 realizó su primera exposición individual en el Cercle Artístic. Una dedicación inagotable cuyos últimos frutos pueden verse en la muestra colectiva Abstracción geométrica y geometría sutil, hasta el próximo 3 de abril, que se exhibe en el Museo Luis González Robles-Universidad de Alcalá.

Así, el tortosino tiene a sus espaldas una rica trayectoria artística que empezó cuando era un niño, con apenas 10 años. «Tenía un amigo, Lluís Montagut, que de alguna forma me influenció a la hora de decantarme por el arte. Entonces, hacía muy poco que se había inaugurado la Escola-Taller d’Art de la Diputació de Tarragona y nos apuntamos los dos. Empezamos dibujando desde una caja hasta una botella de cristal, y a diferencia de lo que pueda parecer, sombrearla no es tan fácil como se pueda pensar», rememora Jaume Rocamora, quien, aunque más adelante siguió su formación en el Cercle Artístic Sant Lluc de Barcelona, proclama, entre risas, su capacidad autodidacta: «No sé por inteligencia, sé por viejo».

Trayectoria
Ha sido galardonado por la Bienal Iberoamericana de México (1980) y la International Bilan Arte Exposition de Nueva York (1982 y 1984).

En este sentido, después de bodegones, todavía tiene presente que «el primer lugar donde salí a pintar al natural, e hice los primeros paisajes -detalla el artista- fue Cap Roig en L’Ampolla, con los azules del cielo y del mar, el verde de los pinos y la tierra rojiza. Con pocas habilidades que tuviese, el paisaje daba mucho de sí».

En cambio, la primera vez que pintó una modelo al natural fue en el Cercle Artístic Sant Lluc, de Barcelona, en los años setenta. «Era la primera vez que me enfrentaba a una modelo profesional con lo que ello conlleva, es decir, había días en los que debía hacer un dibujo tras otro, en pocos minutos, con una mina muy blanda para que se deslizase con facilidad sobre el papel».

$!Jaume Rocamora ha expuesto en galerías de todo el mundo. FOTO: J. Revillas

Así, viajar por toda Europa, como el viaje que en 1966 hizo a París, han guiado su trayectoria artística y su formación. «Después de vender diferentes cuadros de paisajes, conseguí reunir 12.000 pesetas, dinero suficiente para visitar la capital francesa», explica el pintor, quien añade que «empezar a pintar significó abrir una ventana, que poco a poco y con los años, se hizo más grande, lo que me incitó a seguir experimentando y descubrir qué pasaba a nivel artístico en el ámbito europeo». A lo largo de su trayectoria, Rocamora ha sido galardonado, entre otras instituciones, por la Bienal Iberoamericana de México (1980) y la International Bilan Arte Exposition de Nueva York (1982 y 1984).

Las geometrías

Con los años, su estilo artístico evolucionó hasta una pintura más geométrica. «Insatisfecho con los paisajes que pintaba, empecé a cuestionarme diferentes aspectos. Así, aprovechando que mi padre era sastre y tenía muchos cartones -cuya textura era diferente según el fabricante- empecé a combinarlos y, a partir de aquí, comencé a hacer collages que presenté en una exposición colectiva en 1975», relata el artista. Un cambio de rumbo que, asegura, tropezó con la incomprensión de algunos compañeros de profesión que «no entendían por qué diseñaba collages cuando sabía dibujar». De sus geometrías, Jaume Rocamora asegura que «hay personas que cuando las observan se siente, o bien atraídas o bien incómodas. Son como un espejo, en el que cada uno debe tener la voluntad de mirarse».

En esta misma línea, asegura que «la geometría es como la poesía, debes intentar adentrarte en el alma del escritor y el artista para disfrutarla y entenderla. Si no existe esta voluntad, ni las palabras ni la geometría te cautivarán». Asimismo, recuerda que «la geometría está en todo lo que nos rodea, por lo que muchas veces es suficiente con pararnos y mirar, pero el problema es que, hoy en día, no tenemos tiempo».

En cualquier caso, Jaume Rocamora niega que busque la perfección, ya que «sé que no la encontraré, me conformo con trabajar cuidadosamente cada obra». Por todo ello, el tortosino parece que ha firmado una tregua para parar el tiempo y capturar en sus geometrías sombras, luces y matices, a través de diferentes texturas, con los que hipnotizar al público.

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