El cambio radical del Nàstic

La llegada de Dani Vidal devuelve la victoria, la ilusión y el orden a un Nàstic totalmente renovado

07 marzo 2023 10:10 | Actualizado a 07 marzo 2023 10:13
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El fútbol es un estado de ánimo. Los jugadores comparecen, pero cuando lo hacen disfrutando sobre el verde se nota. A este Nàstic le faltaba alma en las últimas semanas. Era un equipo que había caído en la rutina. Vivía en un lunes de febrero constante. No había sábado en sus semanas interminables. Los malos resultados no eran casualidad y por eso la derrota frente al Eldense fue la gota que colmó el vaso.

En ese contexto se decidió la llegada de Dani Vidal al banquillo en forma de primer entrenador. La oportunidad de su vida. Solo una semana después, el cambio era radical. Este Nàstic es otro. Es solo un partido, pero se han visto cosas que van más allá de la victoria, que no seamos necios es lo más importante.

El técnico tarraconense ya avisaba que el Nou Estadi se iba a sentir orgulloso de los suyos. Vaya sí lo estuvo. El Nàstic ganó a la Real Sociedad B y practicó un fútbol que se acerca mucho al estilo que premia el aficionado grana. Cada equipo es un mundo y cada afición disfruta con registros diferentes. Si al aficionado del Barça le gusta el juego asociativo, al aficionado del Nàstic le gusta ver un equipo correoso, vertical y que durante muchas fases del partido inclina el campo al área rival. Lo último se no vio apenas porque el contexto del partido no lo permitió, pero del resto sobró. Cada jugador se vació y eso entusiasmó a la grada. Más allá de lo mental y anímico hubo algunos cambios en lo táctico que claramente influyeron en la nueva propuesta del Nàstic.

Lo primero que hizo Dani Vidal es recuperar el 4-4-2. El sistema que había utilizado Raül Agné y que ya antes había dibujado el tarraconense en sus equipos. Una estructura tradicional en la que encontrar el orden es más fácil. No resulta baladí este asunto porque si algo le faltaba al conjunto grana era esto. Vidal lo detectó desde un primer momento y por eso tuvo claro que había que comparecer con ese esquema ante la Real Sociedad B.

A partir de ese dibujo en el terreno de juego, el Nàstic fue un equipo presionante. Muy activo en campo contrario. Con la defensa saliendo hacia delante siempre que podía. No pudo robar todo lo que merecía porque enfrente hubo un conjunto pelotero con una salida de balón buena y paciente. Pese a ello, supo protegerse, nunca se rompió y apenas concedió ataques libres. Vidal explicaba en la rueda de prensa posterior al choque que se pretendía taparle el centro y ofrecerle las bandas. El plan salió perfecto porque la Real llegó a esa zona del campo y centró como arma para intentar generar peligro. Logró muchos centros laterales, pero el Nàstic se defendió bien en bloque bajo. Repelió todo centro en una defensa de área liderada por Alex Quintanilla y Marc Trilles que recuperaron su mejor versión.

El Nàstic fue en defensa un equipo ordenado, junto y que presionó bien cuando tocaba y replegó también a la perfección cuando el partido lo pedía. En ataque fue un equipo vertical que intentó llegar con celeridad al área y que amenazó con transiciones en más de una ocasión. El primer gol llegó en una jugada de dominio del áerea y el segundo en un penalti que provocó Rey en un buen contrataque. La hoja de ruta ofensiva también se cumplió.

Ahora toca darle continuidad ante el Barça B en un partido que ofrecerá un plan similar al de la Real. Luego habrá tiempo para darle otros matices al equipo. Desde la victoria siempre es más fácil. Este Nàstic ha revivido. Dani Vidal le ha reanimado. Vuelven a creer.

Dani Vidal apostó por un 4-4-2 que le dio resultado desde la intensidad y el orden en todo el campo
El Nàstic bordó la defensa de área y en ataque fue un equipo vertical y decidido
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