Derrota frustrante del Nàstic en Murcia (2-0)

Al Real Murcia le costó muy poco derrotar a un Nàstic (2-0) que en diez minutos perdió la solidez defensiva y mantuvo su impotencia en ataque

11 febrero 2023 21:03 | Actualizado a 11 febrero 2023 21:13
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Ni sólido atrás, ni atrevido delante. El Nàstic perdió en la Condomina sin mostrar signo alguno de progreso. Toodo lo contrario. Al Real Murcia le costó muy poco abrir el marcador y dormir el partido. A los diez minutos, Pedro León desde los once metros resquebrajaba la portería a cero y a los 44, Javi Rueda se colaba entre dos defensas para poner el 2-0. Mientras los tarraconenses reducieron sus oportunidades ofensivas en centro-chut de Joan Oriol y en una acción desesperada de Guillermo en los minutos finales.

Ante el Real Murcia, Iñaki Alonso volvió a modificar el dibujo táctico. Aparcó de entrada el 4-2-3-1 para abrirse a un valiente 4-3-3. Un cambio que acompañó con la entrada en el once de tres jugadores (Joan Oriol, Marc Montalvo y Marc Álvarez) que habían perdido peso en el equipo con su llegada al banquillo del Nàstic. El capitán cambrilense volvió apropiarse de la parte trasera del costado zurdo. En la medular Marc Montalvo completó el mejor mediocentro posible con Pedro y Èric Montes, mientras que Marc Álvarez quedó para la banda derecha del ataque. Un once que podría firmar cualquier nastiquero.

Pero una cosa es la disposición, que te puede gustar (y mucho), y otra la ejecución, los movimientos, el plan de partido. Vaya, lo que se espera de un Nàstic que apunta alto y no una versión sosa, plana tácticamente y aburrida hasta el extremo. Iñaki Alonso debía ser un paso adelante. Una salida forzada de la mala dinámica en la que había caído el equipo y no un retroceso en casi todos los aspectos del juego. Hasta ahora se salvaba por la victoria ante el Intercity, gracias a 25 minutos de acierto, y por las porterías a cero. Ya no queda ni eso. Cuatro jornadas de un equipo que ha perdido hasta el alma.

El Real Murcia vive una situación muy similar a la del Nàstic. Pese a que empezaba la jornada en zona de play-off, las expectativas del club -que ha invertido un buen dineral- y la afición eran las de pelear por el primer puesto. O competirlo. El tecnico Mario Simón también vive con la sensación de jugársela constantemente. Un panorama que no favorece y que se evidenció en los nervios locales en los primeros minutos. La presión tarraconense generaba muchas dudas en los primeros pases, pero se despejaron todas ellas a los diez minutos. Pedro León transformó un penalti claro de Pedro y adelantó a los suyos. Manu García adivinó la dirección de un lanzamiento imparable.

Segundos antes, el portero grana ya había evitado el tanto alargando el pie. Porque todo de lo que adolece el cuadro murciano de medio del campo hacia atrás lo tiene de más en el ataque. Suma pólvora y una mordiente que ha incrementado en el mercado de invierno con Toril y Dani Romera.

El Nàstic acusó el gol. Era previsible. Con los panoramas de ambos equipos, el que se pusiera delante iba a tener mucho ganado. La necesidad apretaría al que iba por detrás y le pondría el partido cuesta arriba. Si ya les cuesta ganar, la tarea de remontar es aún más titánica. El duelo de pistoleros lo ganó el Murcia y lo sufrieron los tarraconenses que volvieron a evidenciar una falta de capacidad ofensiva exasperante. Mucha voluntad, pero pocos argumentos.

La primera vez que tuvo que medio intervenir el meta local fue a los 38 minutos de juego. Un mal centro de Joan Oriol que se envenenó hasta el punto que Joao Costa puso el guante para evitar sustos.

Algo mejoró en la segunda mitad. Por obligación. Gastó tres cambios el técnico para probar con Andy, Aarón y un Tirlea que debía cortar los problemas que estaba teniendo Pol Domingo. Hubo más dinamismo. Se jugaba más rápido. El Murcia vivía tranquilo con el marcador a favor y la amenaza constante de sellar un triunfo mayor con una transición rápida. El técnico del Nàstic recurrió al 4-4-2 y los centros, para almenos ganar en presencia en el área. Guillermo pudo lograr el 2-1, pero el brazo de hierro del meta sacó el latigazo del vasco. No hubo más intentos y el Nàstic cerró el segundo sin marcar seguido y el tercero con Alonso al mando.

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