La situación del Nàstic a finales de marzo es insípida. Ni cerca del play-off, ni del descenso. En esa tierra de nadie que uno no sabe si echarse a dormir pronto, hasta el día siguiente, para pasar cuanto antes este periodo de aburrimiento. Sobre todo, cuando sobre el futuro de la entidad planea una incertidumbre institucional que genera más atención de lo que sucede sobre el verde. Al menos, por ahora. Porque esto puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Quedan diez jornadas y aún pueden pasar mil cosas. Buenas y malas.
La siguiente jornada es hoy en Castellón, donde no suelen pasar cosas agradables para la afición del Nàstic. Algo que Dani Vidal, entrenador grana, quiere cambiar. El equipo se planta en Castalia con poco que perder. La distancia con las posiciones de descenso se amplió a los siete puntos con la victoria ante el Calahorra. Un margen cómodo para gestionar sin apuros. Aún si esta tarde no se consiguiera sumar en Castellón. De hacerlo, de conseguir una victoria, habría que ver su influencia en la tabla. Pero tampoco iba a suponer un cambio radical. Eso sí, levantaría alguna expectación más entre la hinchada. Y quien sabe.
Para este encuentro Dani Vidal tiene la baja de Pablo Fernández, por lesión, y de Tirlea que está con la Sub21 de Rumanía. Además tiene varios jugadores tocados. La principal preocupación es recuperar la zaga con Trilles y Quintanilla. Montes y Montalvo en la medular y arriba mantener el mismo esquema con Simón, Aarón Rey por los costados y Guillermo y Marc Fernández como hombres más adelantados.
Para el Castellón, el encuentro tiene una mirada completamente distinta. Los orelluts están en plena disputa por el primer puesto con el Eldense y la Real Sociedad B. Una partida en la que cualquier punto vale. Dejar escapar alguno de Castalia no figura en las cuentas albinegras.
La buena posición en la tabla del Castellón convierte en rareza el paso de hasta tres entrenadores por el banquillo esta temporada. Comenzó Rubén Torrecilla, cesado en la jornada 17 tras perder la primera plaza. Alejandro Jiménez cogió el testigo durante dos partidos antes de la llegada del actual entrenador Albert Rudé. Un técnico que ha apostado por el fútbol de posición como el camino para auparse a la primera plaza del grupo y conquistar el ascenso directo.
Esta temporada, el Castellón se ha mostrado muy seguro en Castalia. Solo ha cedido una derrota (Numancia) y dos empates (UD Logroñés y Real Sociedad B).
Uno de los líderes del cuadro albinegro es el tarraconense Josep Calavera. El mediocentro de Cabra es uno de los capitanes y ya ha lucido el brazalete en muchos partidos. Su regreso a Castalia, después de dos temporadas entre Atlético de Madrid B y Deportivo, ha sido por la puerta grande. Ordena y manda la línea, además de aportar el talento que atesora. Será uno de los grandes aspectos a tener en cuenta el Nàstic esta tarde. Frenar a uno de los suyos.
