Las comparaciones son odiosas en muchas ocasiones. Eso le sucede al Nàstic de Tarragona que firmó unos registros tan estratósfericos en defensa durante la pasada temporada que ha visto como no se ha llegado todavía ni al mes de marzo y ya ha empeorado de manera global sus números.
Para que se hagan una idea, el conjunto grana encajó durante la pasada liga regular un total de 24 goles en contra. Fue el equipo menos goleado y eso le sirvió a Alberto Varo para conquistar el premio Arconada, el que se otorga al portero menos goleado de la categoría. Dani Vidal diseñó un ecosistema defensivo que apenas concedía grietas porque dominaba el arte de la defensa como pocos. Un equipo que era capaz de presionar sin lagunas, resistir con un bloque medio que cortocircuitaba al rival y también defender con un sólido bloque bajo en el que la defensa grana era un muro.
Aquello ya es pasado y la realidad es que este Nàstic domina otras artes con mayor naturalidad, pero en defensa es peor equipo. Lo dicen las sensaciones y lo refrendan los números. Con los dos goles encajados frente al Bilbao Athletic, el conjunto de Dani Vidal ya suma 26 dianas en contra. Es decir, se han encajado más goles en 24 partidos esta temporada que en los 38 encuentros que duró la pasada campaña en Primera RFEF.
Explicar los motivos que han llevado a este incremento de los goles en contra no es tan sencillo como parece, pero hay algo que lo resume todo perfectamente: el conjunto grana es un equipo más débil defensivamente. ¿Por qué? La realidad es que el equipo ha cambiado su rostro. Es un conjunto más atrevido con balón, que apuesta por el ataque y eso provoca que haya mayor desorden en las piezas. Al rival se le aparecen más los espacios y eso provoca que los partidos se desenvuelvan bajo un mayor intercambio de golpes.
Otro motivo que no hay que obviar es que el Nàstic no consigue hacer olvidar a su pareja de centrales de la temporada pasada. Pablo Trigueros y Nacho González formaron la pasada campaña un binomio casi perfecto en el centro de la zaga. Ambos se marcharon en verano y el conjunto grana no ha terminado de encontrar a esa pareja de centrales que mantenga con continuidad unas buenas actuaciones defensivas. Ahora mismo parece que solo Antonio Leal es un central con la etiqueta de indiscutible y eso refleja las dudas que hay en el centro de la defensa. Gorka Pérez, Borja Granero y Unai Dufur pugnarán por ser sus acompañantes de aquí a lo que queda de temporada.
No obstante, responsabilizar solo a los centrales del bajón defensivo sería muy injusto porque en los equipos de Dani Vidal se defiende desde el primer delantero hasta el portero. Lo cierto es que este año están habiendo más errores individuales que han llevado al Nàstic a ser un equipo menos potente defensivamente.
Que se hayan superado los goles en contra de la pasada liga en solo 24 jornadas es una realidad, aunque no una sorpresa. Defender mejor es un objetivo, pero el Nàstic ya asume que este año las posibilidades del ascenso pasan por seguir mejorando el dominio de la pelota, el colmillo en ataque e intentar corregir aspectos defensivos.