El Reus renueva su carnet de invicto

Los rojinegros superan con solvencia al Vilafranca (6-0) y consolidan su buen momento en el campeonato doméstico

02 octubre 2022 19:09 | Actualizado a 02 octubre 2022 19:09
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El Reus solventó con extraordinaria seguridad un nuevo examen en el templo, esta vez ante el recién llegado Vilafranca, un histórico acostumbrado al papel del ascensor. En seco aparece por el máximo nivel y en un pis pas vuelve a desaparecer entre inclemencias financieras y problemas diversos. Se presentó en el partido con aroma reusense el equipo de la capital del Vi. En él forman con un papel estelar el meta Pol Ferrer y Marc Palau, conocedores de cada rincón de la casa de la Calle Gaudí. No pudieron lucir ante un Reus firme, dispuesto a terminar rápido con el trabajo y a no conceder sorpresas.

No contempló el equipo de Garcia, muy profesional en su tarea, avisado después del último empate en casa ante el Caldes. Exhibió el Reus contundencia en todos los registros del juego, también en la definición, crucial para que este tipo de envites, con mucho que perder y poco que ganar, no se acaben enredando. Hasta que no descubrió el primer gol, no perdió la cordura, consciente de que, tarde o temprano, iba a encontrar el resquicio. Ya con una jerarquía clara en el juego, los rojinegros hallaron la diana de apertura en una acción de bola parada. El maestro Marc Julià no perdonó la primera directa de la tarde y allanó el camino. El éxito cayó por su propio peso a partir de entonces.

El Reus ha ajustado su modelo bajo la capacidad creativa de Sergi Aragonès y Marc Julià, dos jugadores superlativos en cada uno de sus perfiles. El primero le ha cambiado la cara al equipo e incluso al proyecto desde su llegada, en el pasado mercado invernal. Es el ritmo, la batuta, el corazón de la escuadra. Julià, en cambio, vive de la delicadeza, de la capacidad para generar juego y hacer diferencias. Técnicamente es un jugador delicioso. Los dos, además, disponen capacidad para el mano a mano porque enseñan un patinaje estético y perfecto. En eso, el italiano Compagno se une a la sociedad. Y es que Garcia disfruta de actores ideales para trasladar la pelota ante sistemas defensivos que propongan presión.

Ante el Vilafranca, Jordi Garcia incluyó a sus star system en la rotación, de hecho creó un quinteto menos habitual, aunque de garantías para afrontar el duelo. Respondió todo el mundo con puntualidad y rendimiento. Gelmà, con un acierto de interior, acompañó una bola colgada dentro del cuadro a la red para el 2-0. Antes del intermedio, de penalti, Aragonès estableció el 3-0 con un disparo de cuchara. En 25 minutos, el Reus prácticamente había cerrado el marcador, aunque hizo bien de evitar exceso de confort.

La sentencia

Rojas se expresó con insistencia para apuntarse el éxtasis del gol. Antes del 4-0, que llevó la firma del chileno, el joven talento se había mostrado hambriento ante Pol Ferrer, aunque sin recompensa. El premio surgió en la acción más confusa, pero vale lo mismo. En el segundo intento, Rojas pudo celebrar incluso con cara de alivio.

Los rojinegros no perdieron la intensidad en ningún instante, un aspecto que habla de bien de cómo enfocaron el envite. Aragonès y Julià, éste último de nuevo desde la faceta de la falta directa, redondearon la goleada y confirmaron el buen tono del Reus en la competición doméstica. También el suyo personal. Acaparan foco y sienten la plenitud.

En la comodidad del marcador, Garcia ofreció chance al joven canterano De Sivatte, que ha hecho méritos en el segundo equipo y en el juvenil para ya formar parte de la dinámica de la primera plantilla. Con la vacante que deja en la convocatoria Marín, las promesas ven opciones para formar en los cromos del técnico y ante el Vilafranca, De Sivatte disfrutó de ese sueño que todo niño desea; minutos en el templo. Lo agradeció el público, además del chico. Fue un debut liguero amable.

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