Jenni Hermoso llega a la Audiencia Nacional, donde comienza el juicio por el beso de Rubiales

La Fiscalía pide dos años y medio de prisión para el expresidente de la Federación Española de Fútbol

03 febrero 2025 10:10 | Actualizado a 03 febrero 2025 10:14
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La futbolista Jenni Hermoso ha llegado este lunes poco antes de las diez de la mañana a la sede de la Audiencia Nacional (AN) en San Fernando de Henares, donde hoy comienza el juicio contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por el beso no consentido que le dio en la final del Mundial femenino de 2023. La exjugadora del Barça ha entrado rápidamente en el tribunal sin hacer declaraciones a la prensa, que se acumulaba a las puertas del edificio. La Fiscalía solicita dos años y medio de prisión para Rubiales por el beso y las presuntas coacciones posteriores a la jugadora de la selección.

Este mes de enero, Hermoso ya ratificó ante el juez de la Audiencia Nacional, Francisco de Jorge, la declaración que hizo ante la Fiscalía sobre el beso no consentido que le dio Rubiales durante la celebración por la victoria en el Mundial. En ese momento, reiteró que el beso fue inesperado y en ningún momento consentido, y explicó que, durante el vuelo de regreso y su estancia en Ibiza, los investigados la presionaron de manera constante, lo que alteró su vida normal y le causó una situación de tristeza.

Hermoso estuvo más de dos horas en la Audiencia Nacional ratificando lo que ya había declarado ante la Fiscalía. Entonces afirmó que no fue un beso consentido y que se sintió agredida y coaccionada. La futbolista también negó la versión de Rubiales, quien aseguró que había sido un beso de mutuo acuerdo, e insistió en que fue coaccionada por el entonces presidente de la RFEF y otras tres personas, entre ellas el seleccionador Jorge Vilda, también investigado en este caso.

El beso a Hermoso generó un escándalo poco después de producirse y el gobierno español se posicionó del lado de la deportista. De hecho, el entonces ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, declaró que el acto de Rubiales era “inaceptable” en un evento que representaba “un momento de igualdad, de derechos y de respeto hacia las mujeres”. Por su parte, la ministra de Igualdad, Irene Montero, advirtió que el “beso sin consentimiento” es “una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible”. La Generalitat fue un paso más allá y pidió la dimisión del presidente de la federación española.

Para entidades como Amnistía Internacional, el beso de Rubiales no fue “un gesto inofensivo ni un error trivial”, sino “un acto de violencia sexual”. “El hecho de que Rubiales, en su posición de autoridad y representando a una institución deportiva de tan alto nivel, se sintiera autorizado a hacer este acto reflejó de manera dolorosa las dinámicas de poder y la cultura machista aún profundamente arraigada en muchos ámbitos, incluido el deportivo”, denunció la entidad.

Comentarios
Multimedia Diari