No han sido días fáciles para el presidente del Nàstic, Josep Maria Andreu. La derrota en la final del play-off en Balaídos ante el Villarreal dejó al conjunto grana sin ascenso. Aquello fue un golpe duro que no se va a olvidar nunca. Fue cruel y despiadado por las formas y el fondo. Se perdió de manera ajustada en un encuentro que perfectamente se podría haber ganado. La actuación arbitral fue perjudicial. El cabreo del máximo dirigente fue patente en la zona mixta.
Lo primero que hizo Andreu es presentar su dimisión como miembro de la RFEF. La cosa no se quedó ahí y durante varios días puso su adiós sobre la mesa. Dar un paso al lado y ofrecerle el cargo a otra persona. Sin embargo, la presión popular, del Consejo e incluso del propio Raül Agné le han dado las fuerzas necesarias para seguir. El Nàstic le necesita fuerte y él es consciente de ello. La noche del lunes ha sido la elegida para comunicar que sigue tras la reunión mantenida con el Consejo. Lo ha hecho a través de una carta en la que ha expresado sus sentimientos de manera sincera y firme. Una carta que se puede leer a continuación:
Carta del presidente, Josep Maria Andreu
«Después de este final de temporada, tan ilusionante pero con un final terrible y durísimo para toda la gran familia del Nàstic, me siento con la necesidad de compartir mis sentimientos. Sentimientos, en este momento de frustración, rabia e impotencia frente a una situación a la que nos hemos visto abocados, desde mi punto de vista, de forma injusta y arbitraria. De ahí, mi dimisión irrevocable como miembro de la junta directiva de la Real Federación Española de Fútbol porque considero que el trato institucional y deportivo que hemos recibido no son correctos.
El Nàstic es un equipo con recursos limitados pero con un gran activo, que es su gente... El Nàstic es un sentimiento, un club pequeño que hace cosas grandes, por eso siento una tristeza inmensa por no haber podido conseguir lo que más deseábamos, que era volver a la 2ª categoría del fútbol profesional.
Creo sinceramente que el equipo lo ha dado todo y ha estado a la altura de las circunstancias hasta el final, pero una serie de despropósitos nos han llevado a una desilusión difícil de digerir y asumir... Comparto las lágrimas de todos los que lloramos en Vigo y en Tarragona y siento que han jugado con los sentimientos de la afición del Nàstic y de toda una ciudad y sus comarcas.
A nivel personal, mi principal objetivo y el del Consejo de Administración siempre ha sido trabajar intensamente para dejar al club en una cómoda situación económica, social y deportiva digna de lo que nos corresponde como club, ciudad y territorio.
A nivel personal ha supuesto un duro golpe porque tenía la decisión tomada de dejar la presidencia con la satisfacción de ver el Nàstic allí donde debe estar. Ahora ya han pasado unos días y con la serenidad que conlleva el paso de los tiempos y con el apoyo del Consell, accionistas, socios y aficionados en general, pienso que debo tomar el compromiso, con todo lo que representa de rédito personal y anímico, de volver a intentarlo porque sé que si no lo hago, no estaría tranquilo conmigo mismo. Hemos logrado éxitos deportivos ilusionantes y quiero pensar que estos momentos volverán.
No quiero acabar sin dar las gracias, de corazón, a los jugadores, al entrenador y al cuerpo técnico, a todos los trabajadores del club, a los patrocinadores que siguen confiando en nosotros, a las instituciones, a mi familia que siempre está a mi lado... ¡Pero sobre todo, al conjunto de todos los socios y aficionados, verdadero motor y alma del Nàstic!
¡Me siento orgulloso de formar parte de la gran familia del Nàstic, con la que comparto el inquebrantable sentimiento de cariño y compromiso por estos colores que nos representan y nos definen!».
