La Audiencia de Tarragona ha juzgado este jueves a un hombre por intentar matar dos vecinos de Horta de Sant Joan (Terra Alta) a quien propinó varias puñaladas. La Fiscalía le pide 18 años de prisión por dos delitos de homicidio en grado de tentativa y por un delito de allanamiento de morada.
Los hechos se remontan al 26 de junio del año 2022 cuando el hombre entró a la vivienda de las víctimas, donde atacó a una mujer y después a su hijo, el cual intentó parar la agresión. El investigado, que se encuentra en prisión preventiva desde el 29 de junio del mismo año, se ha declarado inocente y ha asegurado que las cuchilladas las propinó en defensa propia. La fiscal también solicita una indemnización de más de 4.500 euros de responsabilidad civil.
En el juicio, ha declarado el hombre que sufrió varias puñaladas en la zona del cuello y abdominal cuando se encontraba en su domicilio en Horta de Sant Joan. El testigo ha explicado que el acusado entró por el jardín y que apuñaló a su madre que estaba en el comedor. Ha dicho que le tiró una mesilla para parar la agresión y que también recibió cuchilladas en acto de defensa. Después de gritar a su hijo, nieto de la mujer apuñalada, los dos redujeron el presunto agresor. «Forcejeamos, mi hijo se echó encima y lo retuvimos hasta que llegó la policía», ha afirmado.
El hombre ha asegurado que no fue consciente que había sido apuñalado hasta después de unos 20 minutos cuando se empezó a encontrarse mal y a marearse. «Me trasladaron en helicóptero hacia Tarragona, no sé si perdí el conocimiento», ha relatado. En su declaración, ha explicado que tenían una enemistad con el investigado por problemas de convivencia y que le había interpuesto una denuncia un mes antes de los hechos por amenazas. El testigo también ha dicho que le tiene miedo porque «nunca se hubiera imaginado» lo que sucedió.
A continuación, ha declarado su madre que ha relatado que el procesado entró en su casa de forma silenciosa y que cuando se dio cuenta de su presencia ya le estaba propinando las puñaladas. En concreto, tres en la zona del corazón y del brazo izquierdo. La mujer ha explicado que una vez su hijo y nieto redujeron al acusado salió a la calle para pedir auxilio, puesto que en el transcurso de la agresión rompieron los teléfonos móviles y el televisor. «Gritaba que alguien llamara a los Mossos y a la ambulancia, me pensaba que habían matado mi hijo porque estaba blanco y tenía los labios morados, estaba temblando», ha dicho. «Estoy psicológicamente muy mal desde los hechos», ha añadido.
Otro de los testigos, el hijo del hombre y nieto de la mujer, ha afirmado que cuando lo redujo su padre le sacó el cuchillo. Él dice que mantuvo el investigado en el suelo hasta que llegaron las patrullas policiales. «Se quedó quieto, no tuvo la oportunidad de escapar», ha comentado. También ha apuntado que la herida que tenía en las manos el acusado podría ser consecuencia del forcejeo. También estaba citada la expareja del procesado, que se ha acogido a su derecho de no declarar.
La vista ha arrancado con las declaraciones de los Mossos d’Esquadra que intervinieron en la actuación policial. Han explicado que localizaron en el domicilio el cuchillo con el cual supuestamente se habrían propinado las puñaladas y han señalado que el acusado estaba retenido por una de las víctimas cuando llegaron al piso.
Han detallado que tenía restos de sangre por el torso y el brazo y que el investigado estaba «bastante tranquilo» y que no parecía que estuviera bajo los efectos de ninguna sustancia estupefaciente. Por su parte, los médicos forenses han afirmado que las heridas comportaban un riesgo vital para las víctimas, si no hubieran sido atendidas.
El acusado niega la voluntad de matar: «Fue autodefensa»
El investigado ha negado que fuera suyo el cuchillo cuando le ha mostrado la fiscal al inicio de su declaración. Después de esta pregunta, el ministerio público no le ha formulado ninguna pregunta más. En su intervención, el acusado ha relatado que no tenía una buena relación con sus vecinos por cuestiones de convivencia y que le pidió a su mujer que no se relacionara. Ha declarado que fue uno de los vecinos (el nieto) que le dijo que su padre que quería hablar con él. Entonces, ha explicado que lo amenazó de muerte y que se empezaron a pelearse. El procesado ha asegurado que las cuchilladas que propinó fueron en defensa propia.
Petición de prisión
El ministerio público ha pedido 8 años de prisión por cada delito de homicidio en grado de tentativa y dos años más y un multa de 100 euros por el delito de allanamiento de morada. En global, su petición es de 18 años de prisión. A la vez, ha solicitado la prohibición de acercarse a las víctimas a menos de 300 metros y de comunicarse durante el plazo de ocho años. En cuanto a la responsabilidad civil, ha reclamado 1.718 euros y 2.863 euros de indemnización para las dos víctimas, respectivamente.
Por su parte, el abogado defensor ha pedido la absolución y ha asegurado que la versión de su representado es más «verosímil». Además, en su informe final ha afirmado que su cliente se defendió de la agresión. El juicio ha quedado visto por sentencia.
