La economía, al menos el empleo, crece a un ritmo muy similar en EEUU y en la Eurozona. La inflación subyacente se ha estancado, también de forma muy parecida, en ambas regiones y, sin embargo, el mercado espera una evolución muy diferente por parte de sus dos Bancos Centrales: menos de 0,4 puntos de bajada para la Reserva Federal en los próximos doce meses frente a 1 punto para el Banco Central Europeo.
Desde el punto de vista estrictamente económico y teniendo en cuenta la asimetría en el mandato de cada banco -dual para la Reserva Federal (máximo empleo con precios estables) y único para el Banco Central Europeo (precios estables)- sería más lógico que la asimetría fuera en sentido contrario: menos bajadas en la Eurozona que en EEUU.
La diferencia de tipos (1,4 puntos a favor de EEUU) no parece justificarse por la diferencia en la inflación (2,8% de media en el último año tanto en Europa como en Estados Unidos); más bien es un anacronismo de cuando, antes de la pandemia, la inflación era un punto superior de media en EEUU.
Tal vez la política pueda explicar parte de la divergencia: Trump es, potencialmente, un factor inflacionista, lo que justificaría algo más de prudencia por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, si -como creemos- las políticas de Trump acaban siendo más ruido que sustancia, ese efecto se diluirá y ambos bancos deberían bajar los tipos hasta situarse cerca (pero por debajo) de la inflación.
En la Eurozona no estamos muy lejos de ese nivel, por lo que lo más probable es que terminemos viendo mayores bajadas en Estados Unidos.
Artículo de Elena Rosanes López, directora Banca Privada CaixaBank Tarragona
Elena Rosanes López Directora Banca Privada CaixaBank Tarragona