¿Cómo es la fórmula startup? ¿Cuáles son los elementos fundamentales para el éxito emprendedor de una economía? Los ingredientes están claros y la fórmula podría ser más o menos así: Startups=(I+T+K)xE.
La idea de negocio (I) es solo un punto de partida y aunque pueda sorprender es la pieza menos importante de la ecuación. La idea inicial acabará teniendo poco que ver con el modelo de negocio definitivo. Hay que compartirla y llevarla al mercado sin miedo tan pronto como sea posible para aprender y mejorarla.
El equipo fundador y su talento (T) es siempre la clave principal de cualquier proyecto. Su esfuerzo, tesón y flexibilidad son los que conseguirán hacer evolucionar la idea inicial hasta encajar con el mercado para empezar a crecer. Los inversores no invierten en ideas, invierten en el talento que las acompaña.
Un proyecto emprendedor, la suma de la idea y el equipo, necesita capital (K) para transformarse en una startup. Desarrollar un prototipo y presentarlo al mercado requiere inversión y hay que saber donde buscarla. Desde amigos, locos y conocidos a business angels, bancos o fondos de inversión, según la fase en que se encuentre el proyecto.
La idea, el talento y el capital son necesarios, pero como la semilla, el agricultor y el agua, hace falta juntarlas con gracia y oficio para que den fruto. Es indispensable contar con un ecosistema emprendedor (E) dinámico y abierto para que la energía del modelo startup pueda fluir en una región desplegando todo su potencial.
Las ideas nacen del intercambio de intuiciones y ocurrencias. Como bolas de billar en movimiento, necesitan una mesa en la que rebotar y encontrarse. Los equipos de talento surgen del encuentro de personas con inquietudes similares en un networking, un startup weekend o una charla sobre comercio online.
Se puede llegar al capital a través de un correo electrónico, pero es mucho mejor hacerlo desde el conocimiento previo, compartiendo ideas en un entorno informal o explicando un proyecto naciente que en unos meses se convertirá en una oportunidad de inversión.
Hacen falta espacios y momentos, pero también instituciones de acompañamiento. Incubadoras, aceleradoras y venture builders que ofrezcan a los emprendedores con buenos proyectos programas de acompañamiento y maduración para incrementar sus posibilidades de éxito.
Espacios e itinerarios que fomenten el encuentro de las nuevas startups con empresas consolidadas con capacidad de tracción e inversión. Pasarelas que faciliten el encuentro, formal o informal, entre investigadores y emprendedores. Ecosistema, en definitiva.
Poco a poco, en los últimos años, la Catalunya Sud ha consolidado todos los elementos necesarios de la fórmula startup. Hay ideas, talento, capital, y un ecosistema que va madurando para impulsar la región. Incubadoras como la de Redessa o el programa Explorer que desarrolla Tarragona Impulsa. Las aceleradoras de la Diputació de Tarragona. La labor impagable de la Càtedra d’Emprenedoria de la URV con el talento universitario. Un venture builder como Startsud Studio y un punto de encuentro informal, dinámico y abierto cada tercer jueves de mes en la Tarraco Startup Community. Hay ecosistema!
