La central nuclear Ascó II ha empezado este sábado su 29ª recarga de combustible tras 17 meses de operación continua desde la última realizada en otoño de 2023.
Este proceso forma parte del ciclo programado de operación de la planta y supone una parada técnica durante la cual se incorporan más de 1.000 trabajadores adicionales, la mayoría procedentes de municipios cercanos a la instalación. El presupuesto total destinado a esta operación asciende a 32,4 millones de euros.
Durante la recarga se sustituirán 60 elementos combustibles del reactor, lo que representa un poco más de un tercio del núcleo. Además, están previstas más de 11.000 órdenes de trabajo, en su mayoría labores de inspección y mantenimiento preventivo. También se ejecutarán 35 mejoras en el diseño de la instalación, de las cuales 25 son modificaciones físicas y 10 afectan al software de diversos sistemas.
Entre las actuaciones más destacadas se encuentra la sustitución de la junta de la bomba de refrigerante del reactor ‘B’, la revisión de sus sellos, el reemplazo de la escala de acceso a la cavidad de recarga, y la renovación de los equipos de control de la grúa polar del edificio de contención. También se cambiarán válvulas de ventilación de la tapa del vaso, las juntas de los pozos de instrumentación intranuclear, y se realizará la inspección y limpieza de los tres generadores de vapor en sus circuitos primario y secundario.
En cuanto a los sistemas de salvaguarda, se revisarán los motores de los generadores diésel de seguridad —dos por cada generador—, que garantizan el suministro eléctrico en caso de desconexión de la red exterior, como ocurrió el pasado 28 de abril con el “cero eléctrico” del Sistema Eléctrico Peninsular. Estas unidades son esenciales para la seguridad y están sometidas a pruebas continuas y revisiones periódicas durante las paradas técnicas.