Lecciones de liderazgo creativo

Casi el 50% de lo que funciona en la empresa se basa en coraje, curiosidad, en ser justo y bueno con los demás, en la integridad y tantos valores más

14 febrero 2022 09:06 | Actualizado a 14 febrero 2022 09:16
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Me recomendaron el libro Lecciones de liderazgo creativo de Robert Iger, quien fue el CEO de Disney durante más de 30 años, y no puedo evitar recomendárselo vivamente porque es uno de los libros más inspiradores que he leído jamás. Desde el principio hasta el final. Me llevé una sorpresa porque mi último artículo en este Diari hablaba sobre Optimismo y sueños y al empezar a leer el libro, el primer principio esencial de un líder que menciona Robert Iger es, precisamente, el optimismo. ¡Vaya casualidad, no les parece! 

Me encantan quienes escriben libros de dirección de empresa y continuamente van dando guiños a las emociones. Parece que ese tipo de literatura debe ser ‘serio’ o ‘racional’, cuando todos aquellos que hemos tenido que ocupar cargos directivos sabemos que casi el 50% de lo que funciona en la empresa está basado en el coraje, la curiosidad, el decidir, aunque no se tengan todos los datos deseables, en ser justo y bueno con los demás, en ser auténticos, en la integridad y tantos valores más que tampoco pueden medirse.

Iger es, seguro, un gran tipo que aprende de todos y continuamente. Un hombre que escucha y cree en el valor de los demás. Pero además es sensible y humilde. Una de las vivencias que más me impresionan es su amistad con Steve Jobs. Cuando le despidieron de Apple, Steve creó Pixar, que se convirtió en la mejor productora de animación en muy pocos años: Toy Story, Cars, Wall·E, Buscando a Nemo, Los increíbles, la maravillosa Ratatouille, Up y tantas otras, muchas galardonadas con Oscars en Hollywood.

Disney Animation no pasaba por sus mejores momentos y Robert Iger, al ser nombrado CEO de Disney, pensó que sumar Pixar a su grupo mejoraría su capacidad de hacer mejores películas de animación y mejorar la creatividad global. La negociación que nos cuenta en su libro es maravillosa. Steve, a quien ya conocía de un trabajo en común entre sus dos empresas, tarda siete meses desde que le expresa su deseo de comprar Pixar hasta que le pide sentarse a hablar. Robert no impone nada, ni tan solo la marca Disney, simplemente le pide ayuda. Le cuenta cómo cree que esa compra podría beneficiar a Pixar, pero, sobretodo como podría beneficiar a Disney. Directo, sincero y sin tapujos.

Steve teme que Disney imponga su estilo de dirección, a lo que Robert responde: «Si quiero comprar Pixar por lo que es, ¿porqué debería cambiarlo?» Y, a partir de ese instante, todo cambia y empiezan a soñar con las enormes posibilidades que brindaría esa adquisición. Sepan que en la mayoría de las compras y para obtener sinergias, el adquirente entra como caballo en cacharrería en la adquirida y la pone patas arriba imponiendo sus procesos, despidiendo a quienes son redundantes con los suyos y, en poco tiempo, la adquirida no se reconoce a sí misma.

Iger hace exactamente lo contrario: pide a quienes hicieron de Pixar -una compañía ejemplar- que ayude a Disney a volver a serlo y los dos gurús de Pixar se emocionan con ese reto, pero siempre con la idea fija de que Pixar debe ser Pixar. Y justo cuando están a punto de firmar el acuerdo, le descubren un cáncer de páncreas a Steve Jobs que se ve en la obligación de decírselo a Robert. Antes de esa reunión, la mujer de Steve le pregunta: «¿Te fías de él?» Y él contesta: «Amo a ese tipo». Uau!

Robert decide seguir con la adquisición, convirtiéndose Steve Jobs en el mayor socio privado de Disney. Y su amistad se consolidó con el tiempo.

El primer principio de un líder es el optimismo

La prepotencia de las marcas enormes a veces deja pasar oportunidades únicas de juntarse con empresa más pequeñas, pero extraordinariamente creativa que podrían quitarles el polvo, eliminar muchas zonas de confort e imprimir velocidad a esos negocios consolidados. Pero la arrogancia del comprador, que se cree mejor que el adquirido, mata la creatividad y las posibilidades de transformación e innovación y convierte a los adquiridos en sus clones.

Robert Iger nos cuenta cómo hizo de Disney una empresa extraordinaria y enorme gracias a admirar a muchas empresas como Marvel, Lucasfilms o 20th Century Fox y el grupo Murdoch de las que podía aprender. Todas ellas mantienen su nombre, todas ellas siguen su camino con la ayuda de Disney. Lograrlo no es fácil, pero da resultados muchísimo mejores que los que consiguió un amigo mío que, después de una gran adquisición me dijo: «ahora estamos digiriéndoles».

Respetar a los demás, admirarles, pedirles ayuda, contar con ellos, aprender continuamente de los demás es lo que intentamos inculcar en el IESE porque lo contrario, aunque pueda funcionar, es una ruina para las personas.

Xavier Oliver es profesor de IESE Business School

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