Los proveedores europeos también inciden en una transición inteligente y sensata

La Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa) ha mostrado su disconformidad con la prohibición de los motores de combustión para 2035.

29 junio 2022 15:21 | Actualizado a 29 junio 2022 15:21
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Asociaciones europeas del sector también han mostrado su disconformidad con el anuncio de la prohibición de los motores de combustión para 2035. En concreto, la Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa) ha emitido un comunicado en el que muestra su rechazo a esta prohibición como única vía para asegurar el éxito de alcanzar los objetivos climáticos.

Sigrid de Vries, secretaria de Clepa, ha hecho hincapié en la necesidad de abordar la transición de una forma “inteligente y sensata”, combinando el impulso de las ventas de vehículos eléctricos con motores de combustión interna de tecnología avanzada y combustibles renovables sostenibles. Se trata de una solución intermedia que “mantenga las opciones y la asequibilidad de los consumidores, que mitigue la pérdida de empleo a medida que se produce la transición a la electrificación y que mantenga la competitividad de la Unión Europea”. La secretaria ha insistido en que los motores de combustión de tecnología avanzada como los actuales “todavía pueden desempeñar un papel muy importante”.

COEXISTENCIA Y COMPLEMENTACIÓN

En este sentido, ha explicado que “la tecnología avanzada de motores de combustión interna que funciona con hidrógeno renovable y la electromovilidad deberían coexistir y complementarse, ayudándonos a alcanzar nuestras ambiciones climáticas de forma más rápida y eficiente”.

Desde la asociación ven absurdo que la discusión se reduzca a una opción u otra, siendo un tema más complejo y al no funcionar todos los eléctricos con energía verde, ni todos los motores de combustión interna con combustibles fósiles.

Además, ha señalado que esta prohibición pone en peligro medio millón de puestos de trabajo que se articulan en torno a los motores de combustión interna. “Recortar puestos de trabajo en un momento de incertidumbre económica y política, con una crisis financiera en ciernes, es simplemente una mala política”, ha concluido Sigrid de Vries.

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