Red Eléctrica, filial de Redeia y encargada de la operación y transporte de la electricidad en España, invertirá alrededor de 150 millones de euros en la demarcación de Tarragona hasta el año 2026, con el foco puesto en las perspectivas de incremento de la demanda en el polo petroquímico de Tarragona y Terres de l’Ebre.
En el primer caso, nuevos proyectos en economía circular, hidrógeno verde y descarbonización surgidos en este clúster industrial sustentan parte de estas inversiones, entre las que se encuentra la nueva subestación Francolí, de 220kV y con una inversión prevista de unos 4 millones de euros, que se ubicará en el Polígono Norte y que se destinará a dar servicio tanto a esos nuevos proyectos como a las demandas de los grandes consumidores eléctricos.
En Terres de l’Ebre, la nueva subestación de Masdenverge (Montsià), de 400kV y con una inversión prevista de unos 8 millones de euros, servirá para reforzar y mejorar la capacidad de la red de distribución, en un contexto en el que se están llevando a cabo nuevas implantaciones industriales con una alta demanda de electricidad.
La partida presupuestaria más importante cerrada hasta ahora, sin embargo, se destinará a la renovación del tramo que pasa por las comarcas de Tarragona en la línea de transporte eléctrico de 220 kV entre Magraners (Lleida, Segrià) y Begues (Baix Llobregat), a su paso por los municipios de Vimbodí i Poblet, L’Espluga de Francolí, Montblanc, Barberà de la Conca, Cabra del Camp, El Pla de Santa Maria, Pont d’Armentera, Aiguamúrcia y El Montmell, además del refuerzo de las subestaciones de Montblanc y L’Espluga de Francolí.
Con 54 kilómetros en la demarcación de Tarragona de los cerca de 118 kilómetros que abarca esta línea construida en los años setenta, la inversión prevista en su renovación asciende en las comarcas de Tarragona a unos 24,5 millones de euros.
Escatrón-Els Aubals-La Secuita
A esta actuación, y dentro de los planes previstos por Red Eléctrica hasta el año 2026 (que responden en todos los casos a la planificación elaborada por el gobierno español), se le suma el proyecto de renovación, todavía en fase de definición, del eje de transporte de electricidad Escatrón (Zaragoza)-Els Aubals (Móra la Nova, Ribera d’Ebre)-La Secuita (Tarragonès).
Se trata de una infraestructura que, igual que la nueva subestación Francolí, se considera fundamental para el desarrollo de nuevos proyectos en el polo petroquímico de Tarragona, inmerso en un proceso de descarbonización y electrificación de su producción.
José Ignacio Lallana, delegado de Redeia en Catalunya, a la que pertenece Red Eléctrica, resume esta planificación en «mejorar la capacidad y seguridad de suministro», a la vez que «atender futuros desarrollos, sobre todo en los consumos del polígono petroquímico de Tarragona y Terres de l’Ebre».
Con distintos horizontes temporales en la ejecución de estos proyectos según su complejidad y grado de madurez en su desarrollo, su entrada en funcionamiento prevista (y que incluye la renovación del eje Escatrón-Els Aubals-La Secuita) se llevará a cabo entre 2024 y 2026.
Electrificación
«Ahora -explica José Ignacio Lallana-, el esfuerzo es para intentar cumplir el horizonte que se nos marca, avanzando en los proyectos de la forma más consensuada con el territorio, sin olvidar que se trata de elementos que permiten el desarrollo de este territorio, facilitadores de inversiones».
«En lo que tenemos que trabajar -añade José Ignacio Lallana- es en que haya el espacio para que, cuando alguien quiera un desarrollo potente en este territorio, no tenga limitaciones». En este punto, establece un símil: «Es como cuando le compras un jersey a un niño, que se lo compras con una cierta holgura para que crezca. En el caso del polígono petroquímico de Tarragona, por ejemplo, la infraestructura eléctrica se desarrolló en base a las necesidades de consumo que tenían las primeras empresas que se instalaron en él. Pero hay un momento en el que el jersey se le queda pequeño y tiene que hacer un cambio».
Ese momento ha llegado claramente con la transición energética, donde «con la descarbonización va a haber una tendencia a consumir más electricidad», explica Lallana.
